Hace unos días presencie en el Comité de Cafeteros del Municipio de Timaná el funcionamiento del programa de Ayuda al Ingreso del Caficultor (AIC) con el que entregan a los cultivadores un subsidio de $60.000 por caga de 125 kilos y del cual ya se han entregado y comprometido al menos $ 81.693 millones. Evidencié lo mal que distribuyen este subsidio (no creo que Timaná sea la excepción). Un caficultor, previo a verificar si es titular de una Cédula Cafetera, debe desplazarse de su parcela y cerciorarse a través del sistema (con contratistas ineficientes) si aparece relacionado, número de hectáreas cultivadas y cupo para las cargas de café asignado. A quién acompañé, con una capacidad histórica de más de 20 cargas no le apareció la totalidad de área cultivable, ni el cupo real para cargas de café. Pero si observé que otras personas con poca capacidad les apareció milagrosamente un cupo de más de 100 cargas, otros que a duras penas tenían unos pocos palos de café (ni para un remedio), les aparecía cupo para varias cargas (pero poseían Cédula Cafetera). Otros, que a pesar de haber vendido sus parcelas cafeteras, les aparecía generosamente grandes cupos (es decir, el propietario quedaba …), igual, le sucedió a quienes fueron administradores de lotes cafeteros y aún tenían estos documentos (el caso puntual que conocí le apareció un cupo de 118 cargas), otros que sí son cafeteros, no les aparece por no haber tramitado la Cédula Cafetera, por estar en trámite o porque no lo han visitado para actualizar su capacidad de cultivo o producción. Bueno, hasta aquí nuevamente hasta lo acepto. Lo que no acepto, es el negocio que de una vez se disparó con el tema de las facturas. Entonces, los campesinos debían dirigirse, en especial a Cadefihuila (no todos venden en Cooperativas) y allí, les cobraban una gruesa suma de dinero por expedir cada Factura (cuantas habrá expedido) para luego, adjuntar y presentar junto con otros soportes ante la oficina desordenada del Comité. Súmele que los caficultores deben manejar la tarjeta que le entregan con clave y el procedimiento para hacer efectivo el subsidio, bien con insumos, lo cual ya está asegurado con el intermediario. Pero, acaban de asignar otros $ 7.000 millones al programa. Pobres los verdaderos caficultores. Eso no es una ayuda. “Apoyo paro”.