El Director de Planeación Nacional Mauricio Santamaría, de dientes para fuera, dice que el crecimiento del PIB del 4% “es un excelente ritmo y superó incluso las expectativas del Gobierno”, pero la Junta directiva del B de la R opina otra cosa. En su comunicado, luego de la reunión de la Junta, realizada al día siguiente del anuncio del Dane tan ponderado por el Gobierno, en la cual se decidió por unanimidad rebajar 50 puntos básicos a su tasa de intervención, le da una lectura distinta a la del Director del DNP al menguado crecimiento del 4% de la economía nacional. Para la Junta, “los nuevos datos de crecimiento económico para 2012 (4%) muestran una desaceleración desde niveles altos en 2011 (6.6%).
De acuerdo con la Junta del Banco Emisor la economía viene creciendo por debajo de su potencial, además prevé que en los trimestres venideros crecerá por debajo de su capacidad productiva y la inversión muestra un descaecimiento. Es de anotar que el Banco de la República mantuvo con terquedad aragonesa su tasa de intervención supremamente elevada, pretextando que la economía se estaba recalentando y cuando reaccionó, hace apenas ocho meses, el daño estaba hecho.
Ello es tanto más cierto si se tiene en cuenta, como lo señala el profesor Cesar Ferrari que “las tasas en Colombia no sólo son elevadas para las grandes empresas, sino exageradas para los consumidores, para las micro, pequeñas y medianas empresas que no acceden a los mercados internacionales”. Y ello a pesar de que la tasa interbancaria, que es la que fija la Junta directiva del Banco de la República, ha bajado desde 5.25% en julio de 2012 a 3.25% en marzo de este año. Si bien esta caída en la tasa interbancaria va en la dirección correcta, desincentivando la afluencia de capitales golondrinas y el creciente endeudamiento externo, su efecto sobre la inversión y el consumo interno se ve limitado por el hecho que esas menores tasas no se trasladan al crédito de consumo con la suficiente celeridad y magnitud.
Es claro que los beneficios de las más bajas tasas, que buscan estimular a la economía, no le llega al consumidor final que es quien paga altas tasas por sus créditos. Las Mipyme pagan hasta 35.63% efectivo anual por un préstamo. Es más, la Superintendencia Financiera, acaba de subir la Tasa de usura para el próximo trimestre abril – junio del 31.13% al 31.25%.
Huelga decir que en manos de la Junta directiva del Banco de la República está no sólo la política monetaria sino también la política cambiaria y hoy por hoy la mayor preocupación de productores y exportadores radica en los funestos efectos de la revaluación del peso frente al dólar. Simple y llanamente sigue con su intervención en el mercado cambiario. El Gobierno se ha mostrado muy renuente a apelar a otras medidas complementarias más eficaces para tratar de meter en cintura la tasa de cambio.
Tampoco han querido parar el endeudamiento externo de las empresas. Y ello es entendible, porque como lo sostiene el profesor Cesar Ferrari “una empresa que puede financiarse con crédito externo al 3.25%, no tomaría uno preferencial en Colombia al 8.3%”.