La Nación
¡Basta ya de violencia femenina! 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS

¡Basta ya de violencia femenina!

ESPERANZA ANDRADE

La visita el jueves a Neiva de Natalia Ponce de León, vida inspiradora y llena de coraje, nos convoca nuevamente a reiterarnos sobre la violencia contra la mujer y equidad de género, que, tristemente, sigue en aumento, según informes recientes, siendo lo más grave la permisividad de la sociedad, en general. Entre julio de 2015 y mayo de 2017 hubo en Colombia 413 casos de feminicidio y sólo 52 condenas.

 

Y es que la dificultad de hacerse oír en un país machista y en el que la ley poco cobija o hace por la mujer maltratada física o psicológicamente ha supuesto históricamente una barrera para formular las denuncias. Sin embargo, recién y por cuenta de hechos evidentes y visibles, expuestos a la opinión por víctimas valerosas y medios de comunicación, han empezado a surgir voces de protesta y a preverse acciones.

 

Es así que en los últimos años se ha proyectado más de 10 leyes que buscan brindarles protección, como la 882 de 2004 que penaliza el delito de violencia intrafamiliar; en 2015 se tipificó el delito de feminicidio; o la 731 de 2002  o  de Mujer Rural que busca dar  tratamiento  especial  a la mujer discriminada y marginada. Pero no ha sido suficiente. Organizaciones como Sisma Mujer advierten que los índices de terror han crecido. Preocupante porque no hay una mejora pese a que la normatividad es muy robusta.

 

Veamos, según cifras de la Fiscalía General, en los últimos 10 años se han abierto en Colombia 34.571 procesos relacionados con feminicidio, terminando en condenas solamente 3.658 casos, lo que evidencia un porcentaje de impunidad de 90%, algo nada alentador, y que el problema no es legistar, sino el no cumplimiento de la ley.

 

¿Qué hacer entonces? Si bien considero que lo realizado ha sido importante, también ha resultado insuficiente. Conviene entonces encontrar nuevos parámetros de construcción de justicia social, despertar la conciencia de quienes dirigen las instituciones impartidoras de ella, y proponer iniciativas que permitan y garanticen el cumplimiento de la ley. Son necesarios más recursos para reforzar la prevención de la violencia de pareja y sexual, sobre todo, primaria; es decir, impedir que se produzca el ataque.

 

Es necesario profundizar en temas como la ruta de atención de violencia de pareja; justicia terapéutica y equidad de género. Es imperante incluir a la academia con el objetivo de educar a nuestra sociedad y lograr esa trancición desde la diferencia hacia la diversidad. Hoy, señores, existe una esperanza inspiradora y motivadora para seguir trabajando en pro de mejorar la calidad de vida de las mujeres colombianas. Es nuestro propósito.

 

Nota: El próximo jueves, en el Centro de Convenciones, de 7 a 9 de la noche, Natalia Ponce participará en la conferencia ‘Renacimiento y transformación: El poder del perdón’. Compartirá su experiencia tras el ataque con ácido en 2014.