Escombros, aves de rapiña y malos olores son los vecinos constantes de la comunidad de la avenida de El Caguán. Vendedores ambulantes de fruta, verduras y negocios de parqueadero y ‘montallantas’, están siendo afectados por la contaminación. Escombros, aves de rapiña y malos olores son los vecinos constantes de la comunidad de la avenida de El Caguán. Vendedores ambulantes de fruta, verduras y negocios de parqueadero y ‘montallantas’, están siendo afectados por la contaminación. LA NACIÓN, Neiva El eminente abandono en uno de los costados de la avenida de El Caguán, entre la Carrera 15 con Calle 26, lugar que se ha convertido en el botadero de basura, escombros y ramas de árboles, está perjudicando a la comunidad que habita y trabaja en el sector. La emergencia sanitaria aumenta después de dos años en que la vía fue invadida por esta clase de desechos. El paisaje de la avenida de El Caguán al sur de Neiva está dominado por los chulos, aves de carroña que se alimentan de los cadáveres de los animales que son arrojados en este punto de la ciudad, que a su vez afloran fétidos olores, que hablan de la cultura ciudadana de quienes llegan hasta allí para depositar desperdicios, ignorando el sistema de recolección de basuras. Desde hace dos años Los dos carriles de esta avenida, que van desde la glorieta de la Carrera 15 hasta la Calle 26, han sido víctimas del abandono de la administración municipal, puesto que el tramo se encuentra totalmente enmontado. Los inescrupulosos llegan en todo tipo de vehículos para deshacerse de lo que ya no les sirve, aprovechando la falta de autoridad ambiental. Aunque los habitantes de la zona se mantienen atentos para conservar limpio el lugar, el esfuerzo es insuficiente, pues “en las noches es cuando más llegan personas faltas de cultura ciudadana a contaminar el sector. En el año pasado vinieron 20 personas a limpiar el sector, recogieron la basura, la amontonaron acá, pero nunca vinieron a recogerla. Recuerdo que eran los de Red Juntos y he escuchado que les pagaron por hacer el aseo”, así lo afirmó Blanca Muñoz, comerciante de venta de tintos y aromáticas sobre la vía que circunda la glorieta.
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LA NACIÓN visitó el lugar y comprobó lo denunciado por los vecinos del sector, el panorama es desolador, máxime cuando se trata de una vía principal que conecta a la ciudad con los nuevos proyectos de vivienda. Efectos en la salud La pequeña zona industrial, limitante al barrio Timanco al sur de la ciudad, en la que transita un sin número de ciudadanos que día a día deben lidiar con los malos olores y los insectos, ya están empezando a sufrir los estragos de la contaminación del lugar, presentado casos de brotes en la piel. Para Blanca Muñoz este problema de contaminación es consecuencia del estado de abandono en que se encuentra la calle destapada, porque “este lugar es preciso para que vengan a botar basuras, como es puro monte y está sobre una vía principal, entonces el que tenga carro es fácil entrar hasta allá y botar lo que le venga en gana, y ni siquiera existe un letrero que advierta que está prohibido botar basura o que imponga una multa a los infractores”, aseveró. Igualmente Mauricio Bravo manifestó que en el día personas de otros lados en carros o zorras llegan a la trocha a arrojar basuras. “Cuando hicieron la limpieza en el año pasado, mi papá estaba pendiente de no dejar entrar a nadie al lugar, pero sus esfuerzos fueron escasos para controlar esta contaminación. Estamos siendo perjudicados por la basura y los malos olores”, afirmó. LA NACIÓN oye la gente Carlos Cadena, conductor: “Que vengan y limpien eso, porque eso es carretera, y obstruye la comunicación vial para salir al barrio de atrás y antes se podía transitar por ahí”. Jairo Hernández, operador de maquinaria pesada: “Para la presentación de la ciudad se ve horrible por la cantidad de basuras, escombros, chamiza, basura orgánica de toda clase. Esto habla mal de nuestra Neiva”. José Fernando Cruz, operador de maquinaria pesada: “La gente es muy puerca, porque vienen a echar todo lo que se les ocurre y parece que lo han cogido ya de costumbre, porque es lo más fácil”. 
En la Calle 26 en donde funcionan varias bodegas, se puede apreciar la cantidad de basuras que han sido arrojadas. La comunidad presenta brotes por la contaminación. 
Los chulos son los visitantes habituales del lugar.
