Liberio Trujillo, el más escandaloso de los matarifes de Palermo, murió ayer en su ‘salsa’, después de 16 días de estar bebiendo sin parar. Luego de su último trago, se sentó en su silla mecedora y no se despertó. Ahora, celebra al lado de San Pedro, su patrono del alma. Liberio Trujillo, el más escandaloso de los matarifes de Palermo, murió ayer en su ‘salsa’, después de 16 días de estar bebiendo sin parar. Luego de su último trago, se sentó en su silla mecedora y no se despertó. Ahora, celebra al lado de San Pedro, su patrono del alma. LA NACIÓN, NEIVA En silencio y sentado en su silla mecedora murió el matarife Liberio Trujillo, luego de 16 días sin parar la ingesta de licor, en el municipio de Palermo. El deceso de ‘Volante’, como era conocido en el pueblo, ocurrió tras sufrir un infarto fulminante, cuando descansaba en su casa ubicada en el barrio Santa Rosalía. “Se sentó en la silla mecedera donde acostumbraba a quedarse dormido, mi hermana lo llamó, pero él ya estaba todo morado, según la inspección forense murió de un infarto… lamentablemente el licor lo llevó a la muerte”, dijo su hijo William Trujillo. Recordó que a su padre le gustaba mucho la bebida, en especial en las fiestas sampedrinas. “Siempre le gustó la bebida, durante estos días llegaba a la casa a comer y volvía a irse…”. ‘Volante’, de 59 años de edad, se dedicaba a la ganadería y a administrar su puesto de carnes en la plaza de mercado del municipio. “El sobrenombre se lo ganó porque era una persona muy escandalosa a la hora de hablar… siempre se caracterizó por ser una persona muy respetuosa y amable”, expresó su hijo. Las exequias del hombre que murió en silencio, se cumplirán hoy a las 11:00 a.m. en la iglesia de Santa Rosalía. Las honras fúnebres serán en el cementerio de la población. Liberio Trujillo El cuerpo del matarife era velado ayer en su casa.