Albeiro Castro Yépez
El biciturismo es una de las actividades de contacto con la naturaleza promulgadas por la Organización Mundial del Turismo como tendencia pos Covid, en este sentido Neiva ha venido construyendo una oferta de servicios segura, confortable y de calidad, como se evidenció en la reciente visita a al proyecto de la familia Lozano en el corregimiento de Fortalecillas.
Los Lozano compraron un predio que, en el pasado formó parte de la hacienda “La Antigua” dedicada como la mayoría de las de su época al desarrollo de la ganadería bovina, grandes extensiones de pradera y abundante agua aportada por la quebrada El Aceite y el río Magdalena les facilitaban su desarrollo. Hoy se han enfocado en el turismo, lo que ayer fue un territorio ganadero hoy es un relicto de bosque seco tropical que por su vecindad con el Desierto de La Tatacoa contiene una zona de monte seco espinoso, una verdadera joya para los amantes de la naturaleza. Al proyecto lo bautizaron con un nombre contemporáneo “Bio Aldea Eywa”, un avatar que pretende el equilibrio de las fuerzas de la naturaleza enfocado en la conservación de la casa universal.
La Bio Aldea conservando la historia y el estilo de la Hacienda adecuó un alojamiento tipo hotelero, en combinación con dos propuestas muy de los amantes de la naturaleza, esto es, una zona de glampíng y una zona de camping, ambos en ambiente confortable y seguro, con sus respectivas baterías sanitarias. El servicio de restaurante se caracteriza por la elaboración de bocados típicos huilenses, sin dejar de lado otras propuestas gastronómicas que se elaboran a petición del comensal. El pequeño bosque del entorno del alojamiento crea un sendero de no más de seiscientos metros, pero, con un nutrido inventario biótico que actúa como un libro lleno de información sobre el origen, desarrollo y beneficios de cada una de las plantas, aves, y de vez en cuando una pequeña zarigüeya o una atraviesa ardilla. Enseñanzas prácticas como la utilización del fruto del igua como insumo básico para la limpieza del ganado bovino de sus habituales flagelos el nuche y la garrapata, pero también la magia de los papayos y los anones.
Otra fantasía está relacionada con la creación de espacios especializados para los bicituristas, de entrada ha dispuesto un sitio como taller para atender las emergencias del viandante, kit de despinche, herramienta básica para las reparaciones ligeras, y una estancia agradable para el descanso, de hecho, es otro atractivo de la Ruta de La Achira, su ubicación a 14 kilómetros de Neiva en la vía a Tello facilita la operación de dicho paquete turístico, pero, también sirve de apoyo para los ruteros a Villavieja, En Suma Bio Aldea Eywa es un nuevo aliado del biciturismo opita.