Con la organización y realización de la novena versión de los Juegos Mundiales, una especie de Juegos Olímpicos de los deportes que no son olímpicos, la capital del Valle del Cauca ha vuelto por sus fueros, ha retomado buena parte del liderazgo que había estado perdiendo lenta e inexorablemente durante las dos recientes décadas, tanto por el negativo impacto del narcotráfico como por los desaciertos de diversos gobernantes.
Cali, que en 1971 – cuando este país aún tenía más de colonial que de moderno- organizó unos espectaculares Juegos Panamericanos que pusieron su nombre y su capacidad en lo más alto del continente, tanto con estos Juegos Mundiales como con la Cumbre del Pacífico hace un par de meses, les ha demostrado al país y al mundo la pujanza de una región que se había rezagado frente a Bogotá, Medellín y Cartagena, y ha dado fehacientes muestras de que está preparada para otros enormes retos.
Lastimosamente, el gran esfuerzo de los caleños y vallecaucanos no fue cubierto ni exaltado – como se lo merecía – por los grandes poderes nacionales, comenzando por los más importantes medios de comunicación radiales y televisivos; los Juegos de Cali se trataron como noticia de segunda, como si fuesen una expresión exótica cuando lo que había sobre los escenarios eran más de cien países, cerca de cuatro mil deportistas y un complejo entramado deportivo del mejor nivel. Y, propio de estas épocas de “farandulerismo” y prevalencia del escándalo sobre lo serio e importante, muchos grandes medios le dedicaron más minutos y páginas a la anécdota de la metida de pata con las
medallas del error tipográfico, que a todo el desarrollo de los Juegos. Con toda razón los caleños expresaron su molestia y, al chiflar al presidente Santos por su ausencia en la inauguración, manifestaron lo que creen es una discriminación del poder central en todos los sentidos.
Muy bien por Cali, se le apuntó a un reto del más alto nivel y cumplió con creces; bien vale decir que estos Juegos Mundiales no son, como creyeron algunos, un campeonato de parqués: son un evento multideportivo en los que participan atletas de todo el mundo organizados por la Asociación Internacional de los Juegos Mundiales (IWGA), bajo patrocinio del Comité Olímpico Internacional (COI). Los deportes que están en el programa de los Juegos Mundiales son aquellos que no son deportes olímpicos o lo fueron en épocas pasadas. La participación que pudiera tener cada competición es tenida en cuenta por el COI, en sus criterios de evaluación para elegir nuevos deportes olímpicos.
Le quedan a la capital vallecaucana muy buenos escenarios, una imagen fortalecida, un renacimiento de su relevancia nacional y de su condición de ciudad con alto sentido cívico y el orgullo de que, a partir de ahora, vuelve a los sitiales de primer nivel para cualquier evento en el que el país se comprometa.
Gran ejemplo caleño, a seguir por otras ciudades intermedias – como Neiva – y lección para quienes, desde Bogotá, menosprecian y “pordebajean” los logros y méritos del resto del país.
“Los Juegos de Cali se trataron como noticia de segunda, como si fuesen una expresión exótica…”
Editorialito
La Policía Metropolitana entra a partir de hoy oficialmente como una gran solución para abordar la seguridad urbana. Y no solo en hombres. Habrá más equipos, más cuadrantes, otra visión metropolitana sobre la seguridad. Un primer paso hacia el área metropolitana, en una conurbación geopolítica que se está gestando.