El líder de la oposición venezolana, Henrique Capriles, desafió ayer al Gobierno a arrestarlo luego de que diputados oficialistas acusaron a la Gobernación del Estado Miranda, que él dirige, de estar implicada en redes de corrupción.
"Por ahí andan diciendo que me van a meter preso. ¡Que le echen bolas, porque aquí estoy listo! Pero eso sí, el pueblo sabe qué tiene que hacer después de que me metan preso", retó Capriles, durante un acto público en San Francisco de Yare, una zona popular de Miranda.
En un caldeado debate, la bancada oficialista -mayoría en el Parlamento- acusó a la dirigencia opositora de pagos irregulares y de estar implicada en una red de narcotráfico, blanqueo de dinero y prostitución, supuestamente liderada por el director del despacho de la Gobernación de Miranda, Óscar López.
"Están atacando a una persona de nuestro equipo, que ha trabajado a favor de nuestra comunidad, se le ha montado una olla (trampa), son cobardes, que vengan directamente a uno, no utilicen a la gente del equipo", expresó el Gobernador de Miranda.
La sesión legislativa se centró en la presentación de supuestas pruebas -que serán entregadas hoy a la Fiscalía- contra López, a quien los oficialistas tildaron de "zar de la mafia putrefacta" y acusaron de despilfarrar unos 190.000 dólares en "bacanales".
"Ellos saben que yo no les tengo miedo, estoy resteado (listo para todo). (…) No confundan pacífico, la paciencia y la tolerancia con ser pendejo, no lo confundan", sentenció Capriles, quien no reconoce su derrota frente a Nicolás Maduro -por apenas 1,49 puntos- en las elecciones del 14 de abril, por considerarlas fraudulentas.