“Yamil a la cárcel” y “Queremos justicia”, fueron algunas de las arengas de familiares del menor Santiago Rodríguez Rosas, quien murió arrollado por el carro que conducía en estado de embriaguez el ingeniero civil Yamil Rivera Polanía.
La manifestación fue protagonizada ayer en la tarde por menores con el rostro pintado y adultos con camisetas blancas y portando pancartas exigiendo justicia, frente al Palacio de Justicia de Neiva.
“No hay derecho a que esté libre, dicen que porque tiene familiares que son abogados”, dijo en medio de la melancolía y con las secuelas del accidente en su rostro, Carmen Pinto Bohórquez, abuela del menor y quien fue arrollada junto a su nieto por Rivera, quien conducía borracho el automóvil Mazada 323, de placa NVR-540, por el sector de la Calle 17 entre las carreras 22 y 23 del barrio Timanco, a las 9:10 p.m. del domingo 4 de agosto de 2013.
“Den un castigo ejemplarizante para Rivera Polanía, pedimos. Hoy fue mi nieto, mañana puede ser otro niño. Me mató mi nieto y lo dejaron libre”, expresó con impotencia Pinto Bohórquez.
“La ley es para todos, no sólo para los pobres, sino también para los ricos. Pedimos justicia para nuestro compañero”, expresaron en una pancarta los compañeros de estudio del menor, de la escuela de Lomalinda.
Otros compañeros manifestaron en su cartel “basta, no a la casa por cárcel, exigimos justicia”.
Jairo Rodríguez, abuelo de Santiago, se mostró indignado con el beneficio de libertad que le otorgó la Jueza Segunda Penal Municipal con Funciones de Garantías a Rivera Polanía. “Es imposible que suelten a un borracho, asesino a las 24 horas. Si hubiera sido un pobre estaba en la cárcel, pero como era una persona adinerada la dejaron en libertad”.
No obstante, expresó que confía en la justicia. “Esperamos que se haga justicia de todo corazón”.
Los abuelos del menor manifestaron que tras una semana de ocurrida la tragedia, Rivera Polanía no los ha buscado para expresarle su solidaridad. “No hemos tenido ningún contacto con el señor. No se ha pronunciado, no ha llamado, no ha ido a la casa”, indicó Rodríguez.
El menor se encontraba bajo la custodia de sus abuelos paternos por orden del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar desde el 26 de junio de 2006. “Es triste perder al niño, la mamá me los dejó con 15 meses de nacidos, me los llevó en una bolsita, me dijo que ella no los podía tener. Yo me hice cargo de ellos”, manifestó su abuela.
Recordó que el hermano gemelo de Santiago lo extraña mucho. “Ellos compartían todo, hacían las tareas juntos, comían juntos. Para mí ha sido muy duro”.