Graves problemas padecen los habitantes y comerciantes de la calle 11 entre carrera Séptima y avenida La Toma de Neiva por la falta de arrendatarios en los locales o viviendas de la zona. Esta situación ha provocado que el sector se convierta en foco de inseguridad, consumo de alucinógenos y criadero de zancudos.
Carolina Argüello Cruz
Desesperados y preocupados se encuentran los residentes y comerciantes de la calle 11 entre carrera Séptima y avenida La Toma de Neiva por el gran número de inmuebles desocupados que se han convertido en la ‘guarida’ de la delincuencia.
En la misma situación llevan varios años, sin embargo, con la pandemia el problema de agudizó debido a que más personas desocuparon los locales comerciales por la falta de ingresos económicos.
Una de las afectadas es la Universidad Santo Tomás que está ubicada en la zona. Su coordinador José Ancizar Araque, indica que el principal problema lo registra una vivienda ubicada en la esquina de la avenida La Toma con calle 11.
“El pasado 17 de diciembre en este predio se presentó el rompimiento de un vidrio que permitió el acceso a indigentes y a personas amigas de lo ajeno que empezaron a robarse la marquetería de aluminio. Han desmantelado toda la infraestructura eléctrica y los grafiteros al ver que el sitio se encuentra desocupado, han procedido a pintar”.
Su inquietud y zozobra radica en que la Institución para la cual labora está ubicada contigua a este predio y considera que en cualquier momento podrían buscar la oportunidad para invadir y hurtar los equipos que allí reposan.
“Mi queja como coordinador de la Universidad es de velar por la seguridad del predio correspondiente a nuestras instalaciones puesto que se puede facilitar para acceder de manera no controlada a nuestra sede; aunque tenemos sensores, cámaras, vigilancia privada y alambrado, para ellos eso no es suficiente porque buscarían la manera de acceder desde ese local”.
José Ancizar presentó su denuncia formal ante la Secretaría de Gobierno de Neiva para que tome las riendas y controle la situación en este sector del centro de la ciudad.
Precisamente ayer, Nelson Patiño, director de Justicia; y Luisa Fernanda Robles, directora de Seguridad y Convivencia Ciudadana; visitaron el lugar y conocieron de primera mano la situación real en que se encuentra para darle aviso al propietario.
Otro de los factores que inquieta, es la cantidad de agua estancada en la sala de la vivienda que ha provocado la reproducción de zancudos y larvas ocasionando problemas sanitarios entre la comunidad.
“El llamado es a las autoridades para que tomen cartas en el asunto porque está generando problemas de drogadicción, consumo de sustancias alucinógenas en las noches, es vivienda para algunos indigentes, se acumulan basuras y las aguas estancadas generan zancudos con la posibilidad de contagio de dengue afectando la seguridad, salubridad y la buena imagen de Neiva”.
Seguimiento
El secretario de Gobierno, Faiver Hoyos Hernández, expresó que se hará el proceso necesario para interrogar al propietario del inmueble.
“Queremos preservar y salvaguardar a los ciudadanos. No podemos dejar que bienes privados sean abandonados y generen desorden en el municipio. De esta manera, a través de una de nuestras inspectoras llamaremos a audiencia al propietario. Cada quien debe responder por sus bienes, con responsabilidad y ese es el llamado que le hacemos a muchas personas dueñas de viviendas y lotes a los cuales no les prestan atención y hoy son nidos de delincuencia y focos de consumo de sustancias”.
El funcionario aseveró que son muchos los casos similares que hay en la ciudad, a los cuales se les realiza constante seguimiento.
“De hecho, la invasión que se generó en reiteradas oportunidades en un lote de la Comuna 8 es por el abandono de sus dueños”.
¿Qué dice el propietario?
LA NACIÓN se comunicó con Luis Eduardo Sandino Cuéllar, dueño de la vivienda, quien manifestó que la propiedad está desocupada desde hace un año y medio y por “un mensaje de Dios” la colocó en venta por un valor de $800 millones.
“La estoy regalando en $800 millones. La casa tiene 214 metros cuadrados y no se le debe cinco centavos a nadie, tiene papeles al día. Usted le mete 15 o 20 millones y le queda un palacio”.
Al preguntarle por las medidas para prevenir la inseguridad, dijo que “eso con los desechables es perdido, además como no está obstaculizando el tráfico, mientras yo pague impuesto, no me pueden decir nada”.
