En la ciudad de Gualeguaychú a 230 kilómetros en Buenos Aires, hallaron el cuerpo sin vida de Fernando Pastorizzo, de 20 años. Aunque inicialmente creían que se trataba de un robo, la versión fue descartada puesto que al joven no lo despojaron de sus pertenencias.
Su pareja sentimental Nahir Galarza, de 19 años, confesó que había sido ella quien lo había asesinado con el arma de dotación de su padre, un policía local.
La estudiante de derecho de la Universidad de Concepción del Uruguay tuvo que ser internada en el Hospital Centenario, tras la confesión porque no se encontraba en buen estado de salud, sobre todo psíquico.
Las pruebas de parafina determinaron que ella no disparó. Las investigaciones continúan y el paso a seguir, según la prensa local, es un peritaje a los teléfonos móviles de ambos para encontrar algún tipo de material probatorio. Cercanos a la pareja han asegurado que era una relación tormentosa y con signos de maltrato.
Los hechos
Todo ocurrió en la madrugada del 29 de diciembre. Nahir habría usado la pistola de su padre para herir a su novio en dos oportunidades. Uno de los proyectiles entró por la espalda, produciendo el deceso por lesión bronco-pulmonar derecha. El cuerpo quedó al lado de su motocicleta.
Después de lo ocurrido la joven se habría ido a su casa y horas más tarde publicó una foto junto a él en su cuenta de Instagram, con un mensaje: “Te amo para siempre mi ángel”.
La relación entre Nahir y Pastorizzo llevaba cinco años y había entrado en una fase terminal en diciembre. En Twitter el chico había escrito en navidad: “Está loca enferma de la cabeza mal. Nunca me va a dejar tranquilo”.
Las investigaciones continúan y el hecho no deja de causar conmoción. Por lo pronto, de ser hallada culpable, la joven purgaría una condena perpetua por el delito de “homicidio agravado por el vínculo”. La máxima pena en Argentina.