La delincuencia ha sido la más beneficiada con el Centro de Integración Ciudadana del barrio San Miguel Arcángel, de Neiva, que apenas lleva cuatro años de inaugurado. El lugar lo han ido desvalijando los ladrones y consumidores de alucinógenos que se ‘apropiaron’ de este escenario.
Carolina Argüello Cruz
Caminar después de las seis de la tarde por los alrededores del Centro de Integración Ciudadana- CIC – del barrio San Miguel Arcángel, ubicado en la comuna 10 de Neiva, es como ‘tentar al diablo’, es una prueba que pocos se atreven a practicar por miedo a ser el blanco de la desidia y la inseguridad.
Líderes de este sector aseguran que todos los días, desde esa hora, el lugar se convierte en una guarida de ladrones y consumidores de alucinógenos que evidentemente se han apoderado del lugar gracias al abandono gubernamental y comunitario.
Este sitio inaugurado en agosto del 2016 por el exalcalde Rodrigo Lara Sánchez contaba con electricidad, fibra óptica para conectividad, tres oficinas, puertas, sanitarios y lavamanos; de lo que no queda sino un bonito recuerdo por todos los momentos lúdicos y culturales que allí se vivieron. Fueron invertidos 735 millones de pesos y con este Centro de Integración Ciudadana se esperaba una mayor interacción de la comunidad con el arte y la cultura fortaleciendo el tejido social.
Janeth Quintero Cepeda, presidente del barrio, afirma que el problema comenzó en julio de 2019 cuando les quitaron el servicio de vigilancia, esto ayudaba a que el sitio mantuviera en buenas condiciones y fuera utilizado para los fines que había sido construido.
“A pesar de que le solicitamos en ese momento a la Alcaldía que no nos dejará sin vigilancia, no fue posible que nos ayudaran. Nosotros le decíamos que acá vivimos en situaciones difíciles y diferentes a los otros sectores donde están ubicados los otros Centros de Integración”, sostuvo.
Quintero Cepeda se refiere a que allá es más intensa la problemática social teniendo en cuenta los focos de inseguridad alrededor y del apego que tienen los jóvenes a las drogas lo que conduce a comportamientos ajenos a una sana convivencia.
“Sin embargo, hicieron caso omiso, quedó esto solo y los delincuentes aprovecharon para desbaratarlo y dañarlo completamente”.
El equipo periodístico de LA NACIÓN hizo presencia en el lugar y evidenció el mal estado en que se encuentran las instalaciones; los malos olores, inodoros carcomidos por la suciedad, ausencia de redes eléctricas, espejos rotos al igual que las baldosas de pisos y paredes y enormes piedras, además de un ambiente tenso que se apropió del CIC; es el panorama que se estimó.
De acuerdo, con Janeth Quintero, los delincuentes se fueron llevando poco a poco los elementos entregados en su momento, relató que de 17 lámparas reflectoras ya no quedan sino 5; de ocho lavamanos quedan tres, las baterías sanitarias también están incompletas, las puertas y los separadores de las oficinas se desaparecieron, incluso el techo ya está menos de la mitad.
Desafortunadamente, los líderes del sector no han encontrado el apoyo y acompañamiento de las autoridades, aseguran que los habitantes de esta zona del oriente de la ciudad tampoco hacen una minga para defender lo que les pertenece y por el contrario han permitido que la delincuencia cada día tome más fuerza para invadir el lugar y llenar de miedo e incertidumbre a quién se atreva a imponer ley.
Denuncia
Aunque Janeth denunció ante el Ministerio del Interior la problemática y posteriormente hubiese una pequeña intervención del Gobierno local de turno, no fue suficiente para que ‘los amigos de lo ajeno’ respetaran este escenario que hoy clama el sector artístico y cultural.
Para Luis Alberto Tovar, vicepresidente de la Junta, la tristeza brota en su piel al sentir la impotencia de no haber podido hacer nada frente a una problemática visible a la cual, según él, ni las autoridades de Policía se atreven a cogerle rienda.
“Ya estamos cansados y agotados. Qué tristeza me da ir a mirar donde estaban los baños, el taco mayor y todo lo que tiene este centro de integración que de eso no queda sino el nombre. Con un Policía detuvimos a un personaje que se estaba robando las cosas y como no eran grandes cosas, no se pudo perjudicar. Yo luchaba por esto, pero uno se mete en problemas y no recibe el apoyo o acompañamiento de la comunidad”.
“Que la comunidad denuncie”
En diálogo con el secretario de Gobierno de Neiva, Faiver Hoyos Hernández, manifestó que la Administración Municipal buscará los medios para prestar vigilancia en el lugar, sin embargo, pidió mayor colaboración por parte de los habitantes del sector para que de manera articulada se pueda proteger este escenario de vital importancia para la comunidad. Indicó que se espera brindar un apoyo de vigilancia en el sitio para que contribuya a brindar seguridad.
“Hemos escalado una petición formal y es mirar si podemos ubicar un punto de vigilancia en esa zona, desafortunadamente el contrato de vigilancia ya se había presentado comenzando año y desde el año pasado se había dejado sin vigilante este espacio. Hoy estamos expectantes a resolver en la mayor brevedad”.
El funcionario manifestó su compromiso de seguir con su hoja de ruta para revisar con Secretaría General la opción de definir rápidamente la solución para esta comunidad.
Dijo que se ha contemplado la reparación de los daños en el lugar, sin embargo, primero se debe definir salidas que permitan que en caso de invertir allí, no sea de nuevo objeto de saqueos y vandalismo.
“La misma comunidad, conoce y sabe quiénes pueden estar inmersos en los robos, por eso necesitamos que haya las respectivas denuncias para ponerle coto a esta situación, es un bien que se le entregó a la comunidad y requerimos que también se haga responsable para que así como lo podamos recuperar, ellos nos ayuden a cuidar el espacio”, puntualizó.