La Nación
EDITORIAL

Ciudad vivible

Los estudios de prospectiva y las propuestas para convertir a Neiva en una ciudad competitiva, debatidos ampliamente en los últimas días, marcan unas rutas para construir escenarios de futuro. Pero no bastan los esquemas rígidos para diseñar escenarios deseados en términos de productividad y competitividad. Los estudios de prospectiva y las propuestas para convertir a Neiva en una ciudad competitiva, debatidos ampliamente en los últimas días, marcan unas rutas para construir escenarios de futuro. Pero no bastan los esquemas rígidos para diseñar escenarios deseados en términos de productividad y competitividad. Las notables ventajas comparativas de la ciudad no son suficientes para volverla competitiva y menos socialmente sostenible. No basta con la proyección de las grandes obras ni apertura de autopistas, ni sistemas integrales de transporte. Las ciudades en crecimiento como Neiva se están convirtiendo en espacios de segregación, marginación, exclusión y acelerada informalidad, donde convive la pobreza y la miseria extrema. Si bien está logrando un crecimiento urbanístico, para una ciudad que se volvió cosmopolita, también emerge otra ciudad en el olvido. Una ciudad competitiva, debe garantizar el derecho al trabajo, a la seguridad social, a una vivienda digna, a los servicios públicos, al uso democrático de los espacios públicos. Pero también  acceso a la educación y la cultura; a las nuevas tecnologías, al desarrollo y a un medio ambiente sano. Una ciudad que genere condiciones para la movilidad, la formalización, el emprendimiento, el ejercicio del control social, igualdad de oportunidades y la participación ciudadana. Más allá de la competitividad, en términos de mercadeo, requerimos ciudades justas, democráticas, sostenibles, pero especialmente socialmente construidas. Este debe ser un eje estratégico para avanzar en términos de calidad de vida. El crecimiento desmedido y sin planeación con visión sustentable, armónica y participativa  afecta la convivencia ciudadana. Este debe ser un eje estratégico para avanzar en términos de calidad de vida. El crecimiento desmedido y sin planeación con visión sustentable, armónica y participativa  afecta la convivencia ciudadana. La calidad de vida es un valor fundamental para la proyección de la ciudad. Es necesario que generar las condiciones que hagan más agradable la vida urbana. Unas condiciones que generen bienestar, prosperidad, posibilidades de crecimiento y desarrollo, oportunidades  para la innovación y el emprendimiento. La calidad de vida es un valor fundamental para la proyección de la ciudad. Es necesario que generar las condiciones que hagan más agradable la vida urbana. Unas condiciones que generen bienestar, prosperidad, posibilidades de crecimiento y desarrollo, oportunidades  para la innovación y el emprendimiento. Necesitamos una ciudad sustentable, competitiva,  productiva, pero ante todo habitable  y segura. No una ciudad autoritaria. Una ciudad armónica, participativa, pero ante todo, una ciudad vivible. DESTACADO Las notables ventajas comparativas de la ciudad no son suficientes para volverla competitiva y menos socialmente sostenible. Editorialito Merecido el reconocimiento que se le tributó ayer al médico Roberto Liévano Perdomo, presidente de la Cruz Roja del Huila, entidad que celebra sus 40 años de servicios consagrados. Su tesón y vocación de servicio, han sido definitivos para alcanzar hoy el pedestal de sus forjadores.