Albeiro Castro Yépez
Desde la irrupción del Covid-19 la Organización Mundial del Turismo-OMT, creó el Comité de Crisis como una instancia para el estudio, análisis y recomendaciones a sus países miembros para enfocar su accionar en torno a protocolos de bioseguridad, flexibilización fiscal y financiera, retención de los puestos de trabajo, así como, creación de estrategias para la reapertura de los destinos turísticos y su posterior reactivación económica. En este sentido, a inicios del mes de abril se realizó la novena sesión de trabajo con el propósito de crear estrategias para la reanudación de los viajes internacionales. Como resultado de la sesión de trabajo se trazaron cuatro lineamientos básicos: reanudación de viajes transfronterizos seguros; la provisión de liquidez a las empresas turísticas; protección de los puestos de trabajo; y el restablecimiento de la confianza de los viajeros.
El Comité respaldo la creación de los pasaportes verdes para los viajeros al interior de su región, propuesta que viene siendo liderada por la Unión Europea, buscando una reapertura segura para las próxima temporada de verano, una época de vacaciones masivas que puede refrescar las finanzas de los turoperadores brindando un respiro a la pesada carga fiscal y financiera represada desde hace catorce meses; ejercicio piloto que de ser positivo seguramente se replicaría en otras regiones del mundo, entre ellas Suramérica, escenario donde el turismo regional había tomado auge antes de la declaratoria de pandemia. En paralelo la OMT y la Asociación de Transporte Aéreo Internacional-IATA trabajan en la creación de un rastreador de nuevos destinos turísticos al servicio de los potenciales viajeros para que se informen tanto de los atractivos, facilidades, como de las condiciones y requisitos de tránsito en cada uno de los trayectos del viaje.
La financiación de la supervivencia de las empresas turísticas se ha convertido en un tema bastante complejo se abordar, pues, toda la cadena esta resentida, cada eslabón en su propia dimensión, sin desconocer el colosal tamaño de las necesidades de las empresas operadoras del servicio de transporte aéreo, por el momento tan solo se avizoran paliativos, pero los requerimientos de capital necesariamente demandaran de apoyo institucional y fiscal.
Si bien, en Colombia el impacto del turismo de origen internacional es bajo, se espera una mayor dinámica del turismo interno, especialmente la movilidad regional, pero, los actores no han logrado crear la percepción de confianza del viajero, por un lado, los operadores no le apostaron a la certificación Check IN, y en contra parte, el viajero poca credibilidad le ha prestado a su acreditación, el viajero colombiano se entusiasma más con el voz a voz, de igual manera, de apoco, le ha ido perdiendo confianza a las despampanantes campañas promovidas a través de redes sociales.