Seguramente Yordanis Villalba Madarriaga está feliz, encantada en Venezuela después de recibir los 89 millones de pesos que, supuestamente por equivocación, le giró desde la Alcaldía de Baraya el secretario de Hacienda, Nelson Eduardo Cuéllar, un funcionario que sigue en su puesto como si nada hubiera ocurrido y como si el alcalde Milton Eduardo Pineda le importara un comino la plata de su municipio, uno de los más pobres del Huila.
La señora Villalba Madarriaga es de La Guajira. Y en Maicao, apenas se enteró de la transacción que, extrañamente y sin tener relación con la Alcaldía de Baraya, le hizo el tesorero Pineda, retiró la millonaria suma en tres transacciones en días seguidos. Yordanis se perdió, no dio la cara y se robó la totalidad de los dineros, mientras el tesorero Cuéllar sigue insistiendo que fue un error y que consignó a una cuenta distinta.
La Contraloría Departamental corre con la investigación, mientras la Fiscalía de la Guajira-que ni siquiera ha podido con sus propios problemas, entre ellos, los desmanes y el tráfico de gasolina en la frontera con Venezuela-, está al frente, pero si el propio fiscal Francisco Barbosa no se interesa, al menos desde Bogotá, la señora Yordanis estará dichosa, enriquecida en el país bolivariano donde 89 millones colombianos es una fortuna. Lo vergonzoso es que asaltar tesorerías en el Huila se volvió fácil, sencillo. No existe vergüenza y temor por la justicia. En Baraya John Edison Torrejano, sin asomo de vergüenza, ferió más de 300 millones de pesos del pueblo y los repartió entre sus amigos. Cambió de camioneta, quiso mejorar su aspecto y pretendió burlar a la justicia. La procuraduría lo destituyó, pero la Fiscalía le dio casa por cárcel en un hecho vergonzante e inexplicable. No olvido el robo de 480 millones en Campoalegre. Aunque hablaron de asalto cibernético, no me termino por convencer. Se salvaron porque Bancolombia- quien dejó claro que no existió ninguna vulneración en la seguridad por parte de la entidad bancaria-, decidió retornar el dinero porque es una de las pocas financieras del pueblo. En Paicol los organismos de control advirtieron de un faltante millonario de la Alcaldía, pero los involucrados se escudaron en desórdenes contables. ¿Recuerdan a John Wilmer Barrera, extesorero de Altamira? Confesó con frialdad que se robó 135 millones, está inhabilitado y condenado, pero goza de casa por cárcel y ya debe estar por pisar la libertad. Y ni qué decir en Garzón donde siguen desaparecidos más de 500 millones de pesos por un supuesto robo cibernético.
Allí no se ha devuelto un centavo, los responsables de las cuentas del Municipio siguen como si nada y la Fiscalía está en mora de dar resultados. Por cierto, ¿no es extraño que roben las tesorerías de Altamira, ¿Garzón, Campoalegre, dos veces Baraya y Campoalegre? ¿O es una red que le perdió el pudor a la justicia o algo extraño está ocurriendo? Eso deberían aclararlo las autoridades.
Nota uno: Víctor Andrés Tovar recibiría el apoyo en los próximos días del exgobernador Carlos Mauricio Iriarte, quien no respaldará a Flora Perdomo.
Nota dos: Creyendo que Cielo González Villa salió temporalmente del escenario electoral, sus contrincantes se animaron a saltar al ruedo. Rodrigo Villalba aspirará a la Gobernación. También, Rodrigo Lara Sánchez. A Jaime Felipe Lozada, le encantaría.