A la luz de los datos del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales (CLAPES) de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Colombia es un país miserable. Esto, según el Índice de Miseria (IM) estimado trimestralmente a partir de 2016 para los países de la muestra (Chile, Brasil, Perú, México, Uruguay y Colombia), según reportes oficiales. Los datos están actualizados hasta 2024-III.
El IM, concebido por Arthur-Okun, es un indicador económico que analiza el efecto agregado de la inflación y el desempleo con ajuste estacional. Naturalmente, incrementos tanto de la inflación, como del desempleo, afectan negativamente la calidad de vida, especialmente, de los más vulnerables.
Ahora bien, inflación y desempleo tienen una relación negativa. Es decir, cuando el desempleo disminuye, el índice general de precios aumenta, y viceversa. Sin embargo, la economía puede sufrir la envestida de estas dos variables simultáneamente.
Durante el periodo 2016-2024, México fue el país con menor nivel de miseria. Del lado contrario, en entre los países de peor desempeño, están Colombia, Brasil y Uruguay.
Particularmente, se destacan para Colombia dos periodos de niveles máximos: i) 2020-II (IM = 23,9%); ii) 2023-I (IM = 23,7%). Claro está, el dato reportado en 2020 se explica por el choque del Covid-19. En cambio, el dato de 2023 es inconcebible bajo la lógica de la reactivación económica. Para 2024, la tendencia es negativa, empero, está lejos de alcanzar el mínimo reportado en 2018-II (IM = 12,9%).
Debe aclararse que para 2018-III, Perú reportó el menor IM (7,9%) de todos los países de la muestra, lo que pone de manifiesto el tamaño de la brecha entre Colombia y los países con mejor desempeño.
Obviamente, el IM, como cualquier otro índice económico, no es, ni puede ser, la razón absoluta para medir el perfil de una economía, no obstante, su seguimiento es más que pertinente. Incluso, en momentos en los que el DANE alardea la tasa de inflación anual de cierre de 2024 (5,20%). Pues, las expectativas del mercado advierten una inflación al alza para 2025. Los analistas más optimistas asumen que, para 2025, el desempleo se mantendrá en los niveles de 2024.
Palabras más, palabras menos, el “palo, aún continua en la rueda”, y toca retirarlo.