Las obras están orientadas a proteger la estructura construida, no a concluir la fallida remodelación y menos, para dar al servicio este elefante blanco que ha costado 28. 848 millones de pesos.
RICARDO AREIZA
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Siguiendo con la ruta trazada para evitar un mayor deterioro de la tribuna occidental, el consorcio Occidental A&2D, inició ayer el desmonte de la cubierta que amenazaba ruina.
La estructura metálica conformada por diez cerchas de 30.75 metros de longitud, comenzó a ser desmantelada gradualmente para mitigar el riesgo latente en el estadio Guillermo Plazas Alcid, advertido por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional.
El proceso arrancó con tres palas eléctricas. Dos de las grúas se están usando para el desmonte de las cerchas principales, y la tercera para el retiro de los demás elementos estructurales.
El contratista, siguiendo con las recomendaciones de la consultoría inició la demolición de la gradería que colapsó el 19 de agosto de 2016, que representaba otra amenaza para la estructura ya construida y para los potenciales aficionados.
“El procedimiento comenzó a realizarse por tramos y no toda la estructura al mismo tiempo. De esta forma se garantizará que el desmonte sea controlado y minimizará los riesgos asociados”, explicó el secretario de Deportes Jesús Tejada.
Según las recomendaciones de la consultoría, en cada tramo, se demolerá la losa en concreto reforzado que conforma la rampa y el muro de concreto reforzado ubicado a costado occidental de la losa.
Primera fase
En esta primera fase no está orientada a terminar la fallida remodelación de la tribuna occidental. Tampoco para habilitarla y darla al servicio. Esta primera intervención está centrada en la protección de lo construido, ante el deterioro ocasionado por la parálisis registrada hace cinco años. Luego se hará la demolición del muro lateral y la rampa de acceso y finalmente el cerramiento total de la tribuna, para impedir el acceso de curiosos.
Y el primer riesgo de un nuevo colapso, por el deterioro progresivo o por una amenaza sísmica, era la cubierta metálica mal construida. Esa estructura comenzó a ser desmantelada para mitigar el riesgo, precisó Tejada.
Estudio previo
Antes del desmonte, se realizó un estudio geotécnico que determinó la incidencia de la demolición del muro y establezca que el tipo de estructura de contención que se requiere instalar durante el proceso de demolición.
“Ese estudio geotécnico ya lo hicimos, un estudio para determinar el peso de la rampa. Además, estamos haciendo un estudio de carga y sostenibilidad de toda la estructura del estadio”, explicó Tejada.
Contrario a lo recomendado en el estudio, el personal que labora en el desmonte, está sobre la estructura metálica y no en canastillas, como lo sugería el procedimiento técnico.
La intervención tiene un costo de 1.119 millones de pesos con un plazo de cuatro meses. Si no se presentan inconvenientes las obras de protección terminarán a finales de noviembre próximo.
A este valor se suman los 28. 848 millones de pesos que se han invertido en este elefante blanco.
El desmonte
La Universidad Nacional recomendó el desmonte del sistema estructural de la cubierta en su totalidad y la realización de una inspecci6n visual del 100% de las conexiones soldadas en piso que amenazan riesgo.
La inspección fue recomendada para determinar si las soldaduras cumplen con la resistencia de diseño, evaluar parámetros de defectología, como porosidad, discontinuidades, socavados y parámetros requeridos de dimensión de soldadura como garantía efectiva, completa penetración de la soldadura, fondeo de raíz y dimensiones del cordón de filete.
Una vez realizado el desmonte de la estructura, que durará por lo menos dos semanas, según el secretario de Deportes, Jesús Tejada, debe procederse a revisar el estado de los pernos, verificar el área efectiva, revisar la longitud de desarrollo y aplicar una cobertura anticorrosiva tanto a los pernos como a la placa base y arandelas.
La rampa
También debe demolerse la rampa de acceso vehicular, ubicada en el costado occidental de la cubierta, en la zona ubicada entre la carrera 16 y la tribuna occidental.
Esta estructura en concreto reforzado presenta daños severos en el muro de contención y en la losa y por lo tanto debe demolerse todo el sistema.
La rampa está conformada por un sistema de muros y losa en concreto reforzado en alto riesgo. Por las fallas constructivas la rampa presenta desplazamientos excesivos, alto grado de agrietamientos y focos de corrosión.
Segunda fase
La administración municipal planea en una segunda fase, la terminación de algunas obras pendientes, entre ellas los camerinos inconclusos y más adelante, el reforzamiento estructural, lo que demandará una cuantiosa inversión superior a los 20 mil millones de pesos.
Según los estudios de patología, hay enormes fallas que deben corregirse antes de pensar en la utilización de esta sola tribuna.
Se evidenció que los espesores de las pegas de mortero en los muros de mampostería no cumplen con los requisitos que exige la norma de sismo resistencia NSR-10.
Se evidenciaron afloramientos de humedad en los muros los cuales no fueron corregidos y pueden generar deterioro en los elementos mampuestos, lo cual constituye deficiencia en la calidad del producto entregado. Igualmente, humedades y eflorescencias no tratadas por el contratista, que pueden generar deterioro de los elementos colocados.
En los muros formados no se colocaron las pegas verticales de mortero, dando menos puntos de pegue entre los elementos mampuestos y creando mayores puntos de riesgo de fallas en el muro, en caso de movimientos.
Acabado deficiente
Los pisos esmaltados presentan un acabado deficiente y fisuración temprana en las losas, lo que indica fallas en su proceso constructivo (deficiencias en ejecución y curado). Adicionalmente, las juntas de dilatación en el piso fueron ejecutadas de manera incorrecta (sin continuidad, inconclusas), y no se encuentran debidamente selladas con material apropiado.
El informe técnico confirma deficiencias en concretos a la vista.
Según el estudio de patología el pañete colocado con mortero en muros y vigas presenta fisuración y deterioro, causado posiblemente por bajas resistencias en los morteros colocados.
En los primeros niveles de la estructura se evidencia empozamiento y filtración de aguas lluvias, los cuales implican deficiencias relacionadas con el cierre total de la estructura.
En las vigas cintas que rematan los muros en mampostería se evidencia fisuración y acabado deficiente (remate no uniforme de la viga), disminuyendo la calidad de los remates de los muros, lo cual impacta la calidad del producto terminado. Asimismo muchos elementos de carpintería metálica ya instalados se encuentran sin pintura anticorrosiva y con oxidación, lo implica necesariamente el cambio de estos elementos.
Reforzamiento
“En el recorrido de la obra no se encontró que se hubiesen realizado las obras de reforzamiento estructural en la estructura existente de la gradería, las cuales son totalmente indispensables para garantizar el comportamiento adecuado de la estructura ante sismos. El proyecto no puede darse al servicio hasta que se efectúen las obras de reforzamiento de la estructura existente”, precisa el estudio técnico consultado por LA NACIÓN.
Hasta la fecha del colapso y acorde con el análisis económico y financiero del proyecto, los recursos asignados originalmente para el reforzamiento de la estructura fueron redistribuidos en otras actividades que no garantizaban el comportamiento estructural adecuado de la gradería existente.
En las columnas, según el estudio técnico, se pudo evidenciar que todos los ganchos suplementarios de los flejes de las columnas están a 90°, lo cual se traduce en una no conformidad generalizada entre la obra y los planos de diseño estructura y con ello se transgrede de manera reiterativa la NSR-10, ya que en estos se exigen ganchos a 135 grados en ambos extremos y solo se admite que uno de los extremos tenga su gancho a 90 grados.
Adicional a esto no se puede habilitar el uso de la tribuna occidental existente hasta que se efectúen las obras de reforzamiento ya que en su estado actual no se garantiza la integridad del público que use la tribuna occidental.
Según la Contraloría, las deficiencias persisten.
“Es claro que la calidad y estado de las obras es deficiente y evidencian procesos constructivos reprochables que generan disfuncionalidad de la estructura y que llevaron a la consolidación del daño y a la necesidad de destinar nuevos recursos públicos para subsanar lo demostrado”, precisó el organismo de control.
