En medio de todos los resultados que dejaron las elecciones legislativas del domingo pasado y las repercusiones que de toda índole ya se avizoran, hay un tema que no puede pasar por alto y en el cual las autoridades, el sector privado y la sociedad en general deben mirar con cuidado: el alto abstencionismo.
De acuerdo con la Registraduría Nacional del Estado Civil, más de 38 millones de colombianos estaban habilitados para votar, sin embargo, solo cerca de 18 millones sufragaron. Eso quiere decir que la abstención fue del 45,87%. En el caso del departamento del Huila, la abstención estuvo por arriba del 50%.
Lo que se ha visto durante las últimas contiendas electorales ha sido lo mismo: muchísima gente se abstiene de salir a votar y deja en manos de otros las decisiones que definen el futuro de la nación. En las elecciones del domingo anterior eran importantes porque se eligieron los miembros del Congreso de la República que no sólo debatirán y aprobarán las leyes y reformas estructurales que necesita este país sino que se encargarán del control político al próximo presidente de los colombianos. De ese tamaño era la importancia de los comicios del 13 de marzo pasado, por lo que es lamentable que muchos ciudadanos no lo entiendan así.
Pensando en las elecciones presidenciales de mayo, es imperioso que se adelante una gran cruzada nacional para motivar a los colombianos a que participe con su voto. La decisión de escoger al mandatario que definirá el rumbo del país para los próximos cuatro años debe recaer en la mayoría de los colombianos y no en el 50% que solamente sale a sufragar.
“Todos debemos votar como si nuestras vidas y el mundo dependiera de ello, porque dependen. La única manera de tener certeza sobre el futuro es crearlo nosotros mismos”. Billie Eilish.