La Nación
¿Cómo logras cancelar tu culpa? 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¿Cómo logras cancelar tu culpa?

René Jiménez Cobos

La mayoría de dificultades que presenta el ser humano tanto en lo físico, lo emocional y lo espiritual están directamente relacionadas con el corazón. Del corazón el Señor dice que es engañoso y perverso y que sólo él lo puede escudriñar y conocer a plenitud. El proverbista dice que el corazón debe ser guardado sobre todas las cosas.

No importa la condición física, ni la posición social o espiritual que una persona tenga, si el corazón está enfermo física, emocional o espiritualmente, tarde o temprano lo que está guardado en el corazón se manifestará y llevará a esa persona al piso.

El primer enemigo del corazón es la culpa. La culpa es el resultado de haber hecho algo que percibimos como incorrecto. El mensaje de un corazón oprimido por la culpa es «¡tengo una deuda!».

Pagar esa deuda es lo único que puede liberar a un corazón culpable de su peso de culpabilidad. Las personas  oran para liberarse de la deuda. No obstante, ninguna suma de buenas obras, ni el servicio comunitario, ni las donaciones caritativas, ni los domingos en la iglesia pueden aliviar la culpa. Es una deuda y debe pagarse o cancelarse para que el corazón culpable experimente alivio.

¿Cómo logras cancelar tu culpa? La respuesta está en la Biblia  1 Juan 1:9 pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.

La confesión tiene el poder de romper el ciclo de pecado, y al igual que la mayoría de los remedios medicinales, funciona cuando se aplica de forma correcta. La aplicación adecuada ocurre cuando confesamos nuestros pecados, no solo a Dios, sino también a las personas a las que hemos lastimado.

Las personas culpables, por lo general, son ofensores frecuentes. Y mientras estés llevando un secreto, mientras trates de aliviar tu conciencia diciéndole a Dios cuánto lo sientes, te estás preparando para repetir el pasado. Sin embargo, si comienzas a confesar tus pecados a las personas contra las que has pecado, es probable que no retrocedas ni vuelvas a cometer esas faltas.

Confiesa a Dios y a los demás, y eliminarás a este enemigo de tu corazón.

¿De qué te sientes culpable? Confiesa tu pecado a Dios y a quien hayas herido. Hazlo hoy.