Francisco José García Lara
El Huila está pasando por el pico de la pandemia, sabíamos cómo iba a ser por lo sucedido en otras ciudades y países, aun así muchos siguen indiferentes, comportándose de manera absurda y contrariando el sentido común para reducir el impacto de la pandemia.
De una vez por todas aterricemos, solo hay tres cosas efectivas para impedir la transmisión del virus: usar tapabocas, lavarse las manos y el distanciamiento social, lo demás es carreta o está en experimentación y aun no se ha probado con certeza su efectividad. Las vacunas todavía se demoran y cuando estén disponibles no se tendrá evidencia contundente sobre la duración de la inmunidad que proveerán.
Para frenar la pandemia lo fundamental no son los hospitales con sus UCI, tampoco hacer pruebas a diestra y siniestra, lo primordial es la disciplina social, y sobre todo, conciencia de lo colectivo que tanto nos cuesta trabajo porque toda la vida hemos pensado de manera individual sin comprometernos con el bien común.
Algunos países europeos se están volviendo a cerrar por sectores y ciudades, en otros estados como Israel mandaron a todos para la casa por dos semanas, cada uno haciendo su mejor esfuerzo para bajar los contagios en la segunda ola de la epidemia, eso lo vemos todos los días en las noticias como evidencia contundente de lo que nos espera a no ser que hagamos algo diferente, pero no cesamos en el empeño de seguir en las mismas.
Nos aterra que ordenen nuevos confinamientos pero poco hacemos para impedirlo, y no me refiero a quien vive del rebusque y tiene que salir a buscar para lo básico ante la ineficiencia del estado para llegar con las ayudas, los que están propagando el virus son quienes siguen de fiesta o promoviendo todo tipo de actividades que generan aglomeraciones con los correspondientes contagios múltiples.
Los muertos y los enfermos han comenzado a tener nombres y apellidos conocidos, no es raro saber de algún familiar, vecino, amigo o conocido que se haya contagiado, o peor, que esté en la lista de fallecidos, pero eso a duras penas nos conmueve y seguimos echándonos el cuento que esa dolorosa realidad no va a tocar nuestra puerta.
Hay países que han logrado controlar el virus, todos ellos tienen en común que están gobernados por verdaderos líderes, sus ciudadanos tienen conciencia colectiva y han acogido la disciplina social. Por estas tierras continuamos comportándonos como niños, creyendo que nada nos va a pasar y culpando a los demás por la propagación del virus.
garcia.francisco@javeriana.edu.co