Como una forma de recordar la importancia de la prevención del cáncer, el 4 de febrero se constituyó como el Día Mundial del Cáncer, en el que miles de personas que han padecido y superado esta enfermedad en sus diferentes formas de manifestación, dan un mensaje de apoyo para quienes están pasando por esta condición. Además, este día impulsa la necesidad de concientización sobre la realización de exámenes y valoraciones médicas oportunas.
El cáncer es una de las enfermedades con mayor impacto en la población, debido a las secuelas y síntomas que provoca. La persona que lo padece puede experimentar un deterioro progresivo o someterse a cambios físicos abruptos, como la extirpación de algunos de sus órganos. Por ello, diversas organizaciones cada año llevan a cabo iniciativas de sensibilización en torno a la prevención de esta enfermedad.
Asimismo, cada año se trabaja para insistir en la necesidad de enfrentar los desafíos que tiene la salud pública en algunos países de Latinoamérica para atender el cáncer con sus respectivos tratamientos, desde un enfoque más personalizado y más humano.
Las últimas investigaciones realizadas por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2022, en más de 115 países, revelaron cifras alarmantes: más de 20 millones de nuevos casos de cáncer y 9,7 millones de muertes por esta causa. Es decir, aproximadamente 1 de cada 5 personas desarrollará cáncer a lo largo de su vida, y alrededor de 1 de cada 9 hombres y 1 de cada 12 mujeres fallecerán a consecuencia de la enfermedad.
Precisamente, a través de estas campañas se promueven estilos de vida saludables, fomentando hábitos como la actividad física regular, la alimentación equilibrada y la eliminación de adicciones como el tabaquismo y el consumo de sustancias nocivas, que a largo y mediano plazo pueden debilitar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de desarrollar algún tipo de cáncer.
Además, el impacto emocional y psicológico del cáncer influye significativamente en la lucha contra la enfermedad. La rudeza de los tratamientos varía según el tipo de cáncer, pero en todos los casos se requiere de fortaleza, resiliencia, esperanza, paciencia y optimismo. Estas virtudes son fundamentales no solo para los pacientes, sino también para sus familias y redes de apoyo, quienes juegan un papel esencial en el proceso de recuperación.
La lucha contra el cáncer no debe verse solo como una responsabilidad de quienes lo padecen, sino como un compromiso colectivo que involucra a toda la humanidad. Tomar acciones de prevención a tiempo como el aprendizaje sobre esta enfermedad y apoyar la búsqueda de soluciones, son pasos fundamentales para generar más esperanza.
Cada esfuerzo realizado en esta causa representa una oportunidad de salvar vidas y de construir una sociedad más informada, solidaria y consciente.
¡UNETE A ESTA CAMPAÑA POR LA PREVENCIÓN DEL CANCER!