La Nación
Confesión de fe de grandes científicos 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Confesión de fe de grandes científicos

 

Froilán Casas Ortiz

La ignorancia es atrevida. A lo largo de la historia y, -más en concreto en la cultura occidental signada de alguna manera por la fe cristiana-; ha habido la tendencia en poner en rivalidad e incluso contradicción la fe y la ciencia. ¡Qué visión tan obtusa! Pareciera hacerse creer que la fe es propia de la gente ignorante y que el hombre de ciencia, se ha liberado de prejuicios religiosos; entonces es, verdaderamente humano, es decir, es él mismo. ¡Ah, qué concepción tan absurda! Quien formuló la teoría heliocéntrica fue un monje benedictino polaco, Nicolás Copérnico a comienzos del siglo XVI. Vean esta anécdota en la vida del gran biólogo francés, Louis Pasteur. “Un joven universitario viajaba en el mismo asiento del tren con un venerable anciano que iba recitando el Santo Rosario. El joven se atrevió a decirle: ‘¿Por qué en vez de rezar el rosario se dedica a aprender e instruirse un poco más? Yo le puedo enviar algún libro para que se instruya”. El anciano le dijo: “Le agradecería que me enviara el libro a esta dirección. En la tarjeta decía: Louis Pasteur, Instituto de Ciencias de París. El universitario se quedó avergonzado. Había pretendido darle consejos al más famoso sabio de su tiempo, el inventor de las vacunas, estimado en todo el  mundo y devoto del Santo Rosario. Isaac Newton, fundador de la física teórica clásica: “Lo que sabemos es una gota, lo que ignoramos un inmenso océano. La admirable disposición y armonía del universo, no ha podido sino salir del plan de un Ser omnisciente y omnipotente”. El químico y físico Alessandro Volta, descubrió las nociones básicas de la electricidad: “Yo confieso la fe santa, apostólica, católica, romana. Doy gracias a Dios que me ha concedido esta  fe, en la que tengo el mismo propósito de vivir y de morir”. André-Marie Ampere fue matemático y físico francés, inventó el primer telégrafo eléctrico. Formuló en 1827 la teoría del electromagnetismo; el amperio se llama en su honor: “¡Cuán grande es Dios y nuestra creencia una nonada!”. Albert Einstein fundador de la física contemporánea (teoría de la relatividad y premio Nobel en 1921): “Todo aquel que está seriamente comprometido con el cultivo de la ciencia, llega a convencerse de que en todas las leyes del universo está manifiesto un espíritu infinitamente superior al hombre, y ante el cual, nosotros con nuestros poderes debemos sentirnos humildes”.  Max Plank, fundador de la física cuántica, premio Nobel 1918: “Nada pues nos lo impide, y el impulso de nuestro conocimiento lo exige… relacionar mutuamente el orden del universo y el Dios de la religión. Dios está para el creyente en el principio de sus discursos, para el físico, en el término de los mismos”. ¡Cuidado cristianos con presentar en su vida una deformación de Dios! Los llamados por el lingüista Paul Ricoeur, “Los maestros de la sospecha”, a saber: Freud, Marx y Nietzsche, pertenecieron a comunidades pietistas de la Iglesia luterana. Un Dios deformado genera los más terribles ateos. Una de las causas del ateísmo es el anti testimonio de muchos cristianos.