MARCOS SILVA MARTÍNEZ
El conflicto político y social colombiano, ha incidido negativamente en el desarrollo nacional. Es imperativo resolverlo. Los acuerdos entre Gobierno y Farc, para resolverlo es un buen comienzo. Gobierno y sociedad, deben reconocer las causas de su origen y resolverlas. Las guerrilleras surgieron como respuesta a la exclusión socioeconómico-política, de las mayorías, ejercida desde el poder político de las élites.
El conflicto negociado en la Habana, si se cumple en su totalidad, puede resolver las causas que lo originaron, en el mediano y largo plazo.
La legitimidad de los términos de los acuerdos, se soportan en instrumentos legales, nacionales e internacionales. Así ha sido reconocido en diversas instancias políticas y jurídicas y por estudiosos de diversas negociaciones de conflictos, en distintas áreas del planeta.
Los enemigos, declarados y agazapados, de la negociación y del proceso de desarrollo, sin duda los mueve su mezquindad mental, su egoísmo, sus cálculos perversos sobre pérdida de privilegios, de poder político y económico y sobre la probabilidad de develación de sus deudas con la justicia nacional e internacional. Hay impunidad rampante en Colombia.
La empresa política, que se autodenomina centro democrático, carece absolutamente de autoridad moral, para cuestionar y objetar lo acordado en La Habana.
Todo colombiano que disponga de sentido de responsabilidad social, debe analizar antecedentes de esa organización política.
En sus años de existencia, ha demostrado absoluta irresponsabilidad político-social y tendencia a manipular, a engañar, a la desinformación de los ciudadanos.
En la campaña para la elección presidencial de 2010, utilizó perversos procedimientos para confundir y engañar al elector. Algunas investigaciones, sobre esos hechos delictivos, al menos arrojaron la condena del Haker Sepúlveda y llamamiento a imputación de cargos al director de esa campaña, Luis A. Hoyos, hoy prófugo de la justicia. Los demás implicados siguen disfrutando de la impunidad institucional.
En la campaña presidencial 2014, nuevamente usaron procedimientos ilegales (Odebrecht, etc.)
En la campaña por el NO al Plebiscito, sobre los Acuerdos de La Habana, usaron propaganda negra, para engañar al elector. Lo develó el gerente de campaña, ex – senador Juan Carlos Vélez. Pero el patrón lo niega. El mismo que como jefe de gobierno, permitió que el DAS estuviera al servicio de paracos. Son hechos probados. Directores del DAS (el buen muchacho y María del Pilar Hurtado) y varios de sus alfiles fueron condenados y está presos y otros prófugos de la justicia.
Son decisiones, procedimientos y actitudes que definen el perfil ético y moral de los enemigos de los acuerdos de paz. Son los que se oponen al desarrollo de lo acordado. Son los únicos que desconocen el mérito de persistir hasta lograr los términos acordados. Son los únicos que desconocen que esa organización guerrillera, ha demostrado hasta la fecha, total voluntad y responsabilidad de cumplir con lo acordado.
Son hechos, aspectos y consecuencias que todo ciudadano de bien, debe entender, digerir y luego sacar conclusiones.
Todos los colombianos honestos, bajo principios de honestidad y responsabilidad social, tenemos el deber moral de contribuir con la solución del conflicto, partiendo de rechazar a los enemigos de la solución.