El ministro de Justicia Juan Carlos Esguerra, renunció anoche a su cargo por cuenta del escándalo que se generó en el Congreso. El ministro de Justicia Juan Carlos Esguerra, renunció anoche a su cargo por cuenta del escándalo que se generó en el Congreso. LA NACIÓN,NEIVA Como consecuencia de la controvertida reforma a la justicia anoche renunció el ministro de Justicia, Juan Carlos Esguerra, acto que se hizo oficial en carta al presidente Juan Manuel Santos. En una corta rueda de prensa, Esguerra aseguró que lo hacía para asumir la responsabilidad política que tenía ante la aprobación de la reforma a la justicia. “Le presenté renuncia irrevocable al cargo de ministro de justicia con el que me honró hace cerca de un año. Hemos trabajado con empeño y dedicación, hemos sacado adelante leyes importantes y tareas fundamentales. Se ha vuelto a poner en marcha el ministerio de justicia que había estado fuera de circulación tantos años pero también se queda por fuera del tintero muchas cosas”, dijo. Las razones Cuatro razones por las que el ministro dimitió: 1. Por ingenuo: porque a pesar de ser un experimentado jurista y tener una amplia trayectoria como funcionario, no ejerció el control político que necesitaba la conciliación, un asunto tan trascendental como la definición del texto a aprobar. Al final, los congresistas interesados en anteponer sus intereses particulares sacaron provecho de la situación. 2. Por ser el ‘fusible’ del momento: De todos los altos funcionarios del ejecutivo que tuvieron que ver con la reforma, Esguerra, aparte de ser el responsable, era sin duda, el más débil de todos. Ni Germán Vargas Lleras, principal promotor del proyecto, ni Federico Renjifo, quien estaba a cargo del trabajo político en el Congreso y entre los funcionarios del gabinete es el más cercano al mandatario, y quien debía garantizar el respaldo de los partidos de la Unidad Nacional, eran los llamados a ser sacrificados por el presidente. 3. Por perder el liderazgo y el control del trámite legislativo. Después del polémico desenlace de la reforma, que incluyó la introducción de cuatro ‘micos’ calificados de inaceptables, quedó evidente que Esguerra perdió el músculo para finiquitar el contenido del acto legislativo. 4. Por lavarse las manos: Juan Carlos Esguerra tuvo la oportunidad de pedirle al Congreso que hundiera la reforma cuando el proyecto perdió su espíritu inicial. Lo pudo hacer en las conciliaciones de Senado y Cámara, pero se limitó a decir o a cuestionar la decisión de los parlamentarios cuando el proyecto ya se había votado. Apostó porque la Corte Constitucional corrigiera los errores del proyecto, en lugar de hacerlo en el momento indicado. 5. Por asumir el costo político: la historia reconocerá a Juan Carlos Esguerra el gesto de asumir la responsabilidad del fracaso del gobierno en la reforma a la justicia, al presentar renuncia irrevocable, en un país donde ese tipo de gestos escasean, pero también después de la situación vivida en las últimas horas, quedaba claro que el Minjusticia había perdido cualquier capacidad de manejo y era un funcionario débil frente a los retos. Juan Carlos Esguerra, hasta anoche Ministro de Justicia.