El presidente de Ecuador, Rafael Correa, en el poder desde 2007, anunció el sábado que analizará la posibilidad de lanzarse a la reelección en 2017 para un período adicional de cuatro años, con miras a evitar que la derecha internacional se apropie del Estado.
"Creo que es mi deber revisar la sincera decisión que tomé de no lanzarme a la reelección", dijo el mandatario socialista durante su informe semanal de labores, el cual ofreció después de que el oficialismo sufriera un revés en las elecciones locales del 23 de febrero.
Añadió que "no permitiremos que la derecha internacional se apropie del Estado" y que "estaremos listos para salir a defender democráticamente nuestra Revolución Ciudadana", como denomina a su proyecto de izquierda.
El abogado de centro derecha Mauricio Rodas conquistó la alcaldía de Quito, principal bastión del oficialismo, al vencer a Augusto Barrera, quien pretendía la reelección hasta 2019, mientras que en Guayaquil (la segunda ciudad), el partido en el gobierno, Alianza País, perdió ante el reelecto Jaime Nebot, otro dirigente derechista.
"Esa derecha prepara un modelo antinacional y antipatriótico. La derecha ha llegado para recuperar el Estado como botín. Ojalá esté equivocado, ojalá el tiempo no me dé la razón, pero temo que no estoy equivocado", manifestó Correa, quien en 2013 fue reelegido en una histórica primera vuelta y logró mayoría parlamentaria.
Enfatizó que Ecuador "debe empezar a debatir seriamente las restricciones que pusimos a la reelección" en la Constitución vigente desde 2008, la cual fue promovida por Correa y aprobada en referendo.
La Carta Magna prevé la reelección por una sola vez y de forma consecutiva para todos los cargos de votación popular. Asimismo, establece reformas o enmiendas constitucionales mediante un referendo convocado por el presidente, con el apoyo del 8% del padrón electoral, o por aprobación de las dos terceras partes de la Asamblea Nacional (Legislativo) de 137 miembros.
Correa descartó en los últimos meses la posibilidad de promover una reforma que lo habilite a buscar un nuevo mandato. En varias ocasiones, el popular líder izquierdista, de 50 años, ha sostenido que dejará el poder dentro de tres años, y se dedicará a su familia y la academia.
El viernes, la presidenta del Congreso, la oficialista Gabriela Rivadeneira, indicó que su bloque mayoritario planteará una enmienda que le permita a Correa aspirar a una nueva reelección.
"Estamos planteando y plantearemos como bloque de Alianza País la posibilidad de una enmienda a la Constitución, una enmienda que permita justamente la posibilidad de una reelección", afirmó.
Rivadeneira, quien no especificó si la enmienda incorporará la reelección por dos mandatos consecutivos o de manera indefinida, agregó que en los próximos días el bloque oficialista analizará el mecanismo para promover la reforma, ya sea vía referendo o por iniciativa parlamentaria, e insistió en que el "tema ya está planteado".
El sábado, el mandatario expresó que "no veía nubarrones en el horizonte de la Revolución Ciudadana. Probablemente también caímos en el exceso de confianza, ahora sí los vemos".
Remarcó que en el panorama ecuatoriano se deja ver una "derecha distinta (…) una derecha con estrategia de poder, con relaciones internacionales, en un marco claro de ofensiva imperialista contra los gobiernos progresistas de América Latina".
Correa insistió en que es su "deber" revisar la decisión de "no lanzarme a la reelección porque tengo la responsabilidad de garantizar que éste proceso sea irreversible" y anotó que "sí creo que hay que dejar la puerta abierta (para la reelección) en caso de que esos nubarrones se hagan más grandes".
El oficialismo revivió el debate sobre la posible reelección de Correa tras el revés que sufrió en las reciente elecciones locales, en las que perdió la alcaldía de Cuenca, la tercera ciudad ecuatoriana y otro fortín de Alianza País, y la dispersa oposición captó las principales alcaldías.
El presidente sostiene que su movimiento triunfó en los comicios a pesar del "revés" en Quito.
El año pasado, Correa firmó un documento público de Alianza País proponiendo la "reelección indefinida" de todos los cargos y justificó la propuesta como un desafío a la prensa que criticaba su reelección pero apoyaba la de Nebot, el opositor alcalde de Guayaquil. La iniciativa no volvió a ser discutida.
Correa tildó de sinvergüenza a EEUU por informe sobre DDHH
El mandatario ecuatoriano, Rafael Correa, calificó el sábado de 'caretuco' (descarado, sinvergüenza) a Estados Unidos por las críticas que lanzó contra Ecuador en su reciente informe anual sobre derechos humanos.
"¡Qué caretucos!", expresó el jefe de Estado durante su informe semanal de labores, y agregó: "¿Qué calidad moral tiene Estados Unidos, quién lo ha nombrado árbitro del bien y del mal? (…) Juzgan nuestra ley, esta gente que permite andar a todo el mundo armado en nombre de la libertad así se asesinen entre ellos".
Correa se refirió a Estados Unidos como el "país que no ha ratificado la Carta Interamericana de Derechos Humanos, el país del bombardeo selectivo, el país de la base de Guantánamo, el país de la pena de muerte, ése es el que juzga a los demás".
El viernes, la cancillería ecuatoriana rechazó por "ilegítimo" el informe estadounidense, que contiene duras críticas al gobierno de Correa, y reprochó a Washington por su "pobre historial" en ese campo que incluye, según Quito, detenciones ilegales y torturas.
Quito "rechaza las críticas unilaterales vertidas en esta materia contra el Ecuador por parte de los Estados Unidos, país que presenta, además, un pobre historial" en derechos humanos, señaló el ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.
En su informe, Estados Unidos denunció restricciones a la libertad de expresión, de prensa y de asociación, así como violencia contra niños y mujeres en Ecuador.
Señaló que el gobierno de Correa usó "leyes de difamación y regulaciones administrativas para sofocar la libertad de prensa y limitar la libertad de reunión, especialmente contra comunidades indígenas que protestaban contra leyes que afectaban sus tierras".
Ecuador mantiene una tensa relación con Estados Unidos por el continuo cruce de críticas.
Washington ha cuestionado los vínculos de Quito con Irán y Bielorrusia, el asilo otorgado al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres, y la conflictiva relación de Correa con la prensa.
Ecuador por su parte ha exigido explicaciones por la participación de la CIA en un ataque colombiano, en 2008, contra un campamento de la guerrilla comunista de las Farc en territorio ecuatoriano, y solicitado la salida de militares estadounidenses asignados a la embajada en Quito por considerar injustificado y desproporcionado el número de efectivos.