La Nación
¿Crecimiento económico? 1 23 abril, 2024
COLUMNISTAS

¿Crecimiento económico?

Piero Emmanuel Silva Arce

Los países que hacen parte del grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), los cuales a comienzos del siglo actual se mostraron como potencias destinadas a alcanzar los niveles económicos del mundo desarrollado, han entrado en una etapa de declive. Estos Estados habían comenzado a jugar de igual a igual con los gigantes económicos occidentales y sus economías mostraban índices de crecimiento muy prometedores, pero el momento actual ha cambiado y la competencia desmedida –incluso entre ellos –ha hecho que su impulso se haya ido diluyendo en el tiempo.

La comunidad internacional ha visto con buenos ojos el crecimiento económico acelerado de los países, en los imaginarios mayoritarios está inserta la idea de que todas las naciones deben alcanzar los niveles de producción y de consumo de los países más ricos, pues ello es símbolo de prosperidad y de mejoría social. No obstante, la esperanza de alcanzar un crecimiento económico alto es una idea que comienza a ser replanteada por los debates en torno a las visiones del desarrollo y de la economía. Muchos han rebatido la idea de que el crecimiento económico equivale a mejoría social; los años de bonanza en Brasil no disminuyeron la pobreza real que enfrentaban las periferias sociales y ello, sumado a la corrupción desbordada, no ha producido un desarrollo humano generalizado en el país latinoamericano.

Otro problema con el crecimiento económico de estos países tiene que ver con lo ambiental, es decir, la industrialización a marchas forzadas deja un impacto ambiental que va generando una huella sobre el planeta difícil de borrar. La competencia y el ansia por alcanzar rendimientos monetarios hacen que el cuidado del medio ambiente quede relegado a un segundo plano; mientras tanto los recursos se agotan, la temperatura aumenta y el oxígeno limpio disminuye, especialmente en las grandes urbes.

El paradigma occidental se impuso y todos los países están preocupados por alcanzar el listón de la civilización que han colgado los colosos del capitalismo; además de lo económico, el pensamiento occidental se impuso en todos los ámbitos y hoy la academia latinoamericana, por ejemplo, es una réplica de los estándares internacionales direccionados desde los principales centros científicos.

Con el panorama actual es necesario pensar modelos diferentes a los convencionales; es importante buscar alternativas que se ajusten a los contextos propios de cada territorio a través de procesos de construcción colectivos, cuidadosos con cada uno de los individuos que lo habitan y con el medio ambiente.