Germán Palomo García
Las crisis terminan abriendo caminos, señalando oportunidades. Lo que está ocurriendo con el coronavirus no escapa a estos calificativos. Ahora se escucha con mayor frecuencia el concepto de teletrabajo, educación on line o a distancia, ventas en línea tipo Rappi o Amazon y telemedicina, entre muchas otras innovaciones tecnológicas que hace rato se promueven pero que con la crisis del Covid-19 por las decisiones que los distintos gobiernos han adoptado para cumplir con la estrategia del “aislamiento social” están obligando a incentivar la utilización de estos recursos gracias al Internet.
En el primer caso, el teletrabajo, no es simplemente dar un trabajo específico para hacer en casa sino contar con las herramientas necesarias para que el trabajo se realice dentro de los códigos de seguridad de las empresas para evitar hackers que se apropien de la información que es un gran capital para ellas. Desafortunadamente, seguimos siendo reactivos y no proactivos y no solo en Colombia. Escuché una entrevista televisada a un consultor italiano sobre el tema del teletrabajo y afirmó claramente que más del 50% de las empresas italianas no está preparado para “oficializar” el teletrabajo.
En cuanto a la educación a distancia, refiriéndonos a las que ofrecen educación presencial, tienen mayores desafíos para trasladar las asignaturas definidas a una estructura tecnológica. Tal como lo afirma Andrés Oppenheimer, autor de los libros “Basta de historias” y “Sálvese quien pueda” la crisis del coronavirus hará que los niños, padres, maestros y programadores se pongan las pilas para mejorar las plataformas de aprendizaje en línea”. Ahora, las escuelas, los colegios y las universidades están obligados a corregir esta dificultad en lo que el autor llama “la educación al revés” pues los estudiantes estudian en la mañana en su casa en las tabletas que muchas de ellas se han distribuido hace años por los gobiernos, incluido el Huila, y se comunican con sus maestros para lograr su apoyo en sus tareas. Ahora existen muchas plataformas de educación a distancia, incluso “robots docentes” que pueden ser utilizadas para incorporar en el proceso educativo de nuestros jóvenes especialmente en matemáticas, física y geometría, según Oppenheimer. A nivel universitario está la UNAD y a nivel internacional muchas universidades a distancia con programas muy pertinentes para superar esta crisis. Pero lo más importante es que se promueva una adopción de estos sistemas para tener mayor capacidad de respuesta a problemáticas como las que afrontamos. En este sentido, el coronavirus es un buen “tábano” para acelerar la incorporación de la llamada economía digital antes que esperar a que nos llegue otra crisis.