Son muchas, pero me voy a referir a muy pocas, mejor a una sola. El subdesarrollo de nuestros pueblos tropicales, se debe a una pobreza mental. Países como Alemania o Finlandia no son más ricos en recursos naturales que Colombia; sin embargo son países con un alto índice de ingreso per cápita. Aquí nadamos en riqueza viviendo mucha población en la absoluta pobreza. Esto nos avergüenza ante el concierto de las naciones. Aquí despilfarramos los recursos naturales. Se desperdicia el agua, la luz; se contamina la tierra con la cultura del plástico; se envenena la atmósfera con los gases nocivos de los aerosoles; se hace tala indiscriminada de los bosques. Las ciudades viven la peor contaminación ambiental: ruidos ensordecedores; se compra un equipo de última generación y se le pone todo el volumen para que los vecinos se enteren de nuestra compra, ¡qué arribismo! El que no ha visto a Dios, de verlo se asusta. Vivimos haciendo alarde de nuestros triunfos, contentándonos con tan poco. Utilizamos títulos rimbombantes en nuestros negocios y en la práctica son cuchitriles. Queremos ganar el máximo con el mínimo de inversión. No olvidemos que uno cosecha lo que siembra. Nos declaramos el “Japón de Latinoamérica” sin mover un dedo para cambiar. Se vive envidiando el éxito del vecino, mientras usted vive todos los días como plañidera lamentándose de su suerte. Usted cree que con “pan y circo” arregla su vida. ¡Nooo! Olvídese. No deje para mañana lo que pueda hacer hoy. De los mediocres no se ha escrito nada. Las personas exitosas son las que ven en un problema una oportunidad para salir adelante. Los triunfadores han tenido que asumir algunas derrotas. ¿Por qué los inmigrantes son tan trabajadores? Porque les toca asumir muchos retos y por lo mismo son creativos. Hay que ver cómo llegan de pobres y luego se ven los resultados en sus hijos. Estos tienen la fortuna de recibir grandes legados culturales y económicos. Los países que perdieron la guerra: Alemania, Japón e Italia, prosperaron en términos de dos décadas de una manera impresionante. Alemania y Japón siguen en la vanguardia del desarrollo económico. Los éxitos se cosechan después de una dura batalla contra la pereza y la pasividad. No camine mirando el espejo retrovisor, ¡cuidado, se cae! El pasado debe mirarse como una experiencia para construir el porvenir. Aprenda de sus errores y saque sus propias conclusiones. No viva buscando excusas. Usted es el problema, luego usted es la solución. Lleve una vida ordenada, sea equilibrado. Todo exceso es peligroso. Se queja que le sientan mal tales alimentos y a la par, usted es un glotón. Pues, asuma su suerte. Usted es el constructor de la historia, no los vecinos. Vive echándole piedra al techo del vecino cuando el suyo es de vidrio. No viva programándole la vida a los demás, programe primero la suya. El dinero fácil se logra a base de mentiras y engaños. Usted ve personas “exitosas” en ese campo; pero no olvide que a todo cerdo le llega su nochebuena. Dios el “justo juez” al final de su vida, pedirá cuenta de la administración. *Obispo de Neiva.