Hace casi tres meses, en este mismo espacio editorial, denunciamos las graves afectaciones que ya está sufriendo el Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos por el acelerado crecimiento de cultivos de granadilla, lulo y mora, especialmente, que se ubican por docenas a su alrededor en las montañas que rodean también al municipio de Palestina y dan acceso al Parque. Y señalamos que la aparición de estos cultivos frutícolas no constituye en sí el peligro sino la evidencia palpable de que para su producción se han deforestado centenares de hectáreas de bosques y se está construyendo una carretera, no autorizada, y sobre una zona frágil que no aguantará por mucho tiempo el paso de camiones como es la pretensión de quienes la están abriendo.
Las autoridades ambientales, con la CAM a la cabeza, ordenaron algunas medidas de protección que incluían acciones contra los responsables de la vía ilegal y destructiva. Lastimosamente, como quedó en evidencia después, los funcionarios ambientales no pudieron hacer nada puesto que hombres armados, civiles, lo impidieron sin que otra autoridad, la Policía por ejemplo, actuara para ejecutar las medidas. Hoy el panorama es igual o peor, y ya es noticia nacional; el reputado periodista, fotógrafo y ecologista Andrés Hurtado García en su columna semanal del diario El Tiempo ha afirmado que el Parque Nacional Cueva de los Guácharos es una joya en peligro.
Un parque, dice Hurtado, que ha sido declarado Reserva de la Biosfera y es uno de los pocos territorios colombianos, contados con los dedos de la mano, que han recibido esa declaración de la Unesco por la importancia mundial de su ecosistema. Pero… una carretera, que él acaba de transitar como lo hicimos en LA NACIÓN hace tres meses, avanza incontenible y ya llegó a las puertas del Parque. Poderosos buldóceres agrandan la trocha original, que empieza en la vereda La Mensura, en el municipio de Palestina.
¿Qué se requiere para que nuestras autoridades ambientales y policiales, y de ser necesario el Ejército mismo, hagan cumplir las normas y demás procedimientos legales con los cuales se frene tanto la construcción de la carretera, hecha sobre un terreno visiblemente inestable, como el crecimiento de los cultivos frutales, todo ello justo en la zona de acceso a Guácharos? No es la zona aledaña a Guácharos propicia para el desarrollo de ninguna producción agropecuaria, a menos que se trate de reforestación.
Nos unimos a la solicitud de Hurtado de que sea el Estado, esto es tanto la Gobernación del Huila como la CAM y el Ministerio de Ambiente quienes se ocupen, para frenar estos actos depredadores y ofrecerle alternativas a los campesinos que han encontrado en la zona aledaña a los Guácharos la redención a sus necesidades económicas y sociales. Muchos de ellos desplazados por la violencia para quienes el medio ambiente – con toda razón – no es tan importante como darles de comer a sus hijos.
Es claro que la conservación del Parque Nacional Cueva de los Guácharos no está dirigida a convertirlo en sitio de turismo masivo, tan riesgoso como su depredación, sino en que permanezca como gran pulmón.
“El Parque Nacional Cueva de los Guácharos es una joya en peligro”.
EDITORIALITO
Otra vez los niños víctimas de la violencia. El menor Brayan Nicolas Imbachí perdió la vida en un nuevo ataque ocurrido en Pitalito en donde resultaron heridos su padre y su hermano mayor. Los sicarios huyeron. Otro crimen que no debe quedar en la impunidad.