Por: Francisco Argüello
No es el mismo gobernador que empezó la semana, frío, apático, indolente, escondido en la Gobernación, como si no le importara que le destrozaran el vecindario, los cajeros automáticos, parte de los bancos y hasta un peaje. Luis Enrique Dussán entendió- o le hicieron entender- que es el principal líder del Huila, que así no le guste gobernar le toca porque lo eligieron para el cuatrienio y escasamente lleva año y medio. Ahora se ve activo, al frente, con sombrero, con las comunidades tratando de mediar entre campesinos e indígenas.
Nadie sabe qué hizo mientras las revueltas, pero ya no importa. Su trabajo de hoy, es lo que quiere el Huila en medio de la incertidumbre, de la desesperanza, de un comercio que encerraron durante casi un año, que lesionó sus finanzas y ahora le toca sumar un gasto más: el que le generaron los vándalos, los mismos sinvergüenzas con los que intentó dialogar (de buena fe) Gorky Muñoz, pero fue imposible. Casi le acaban la ciudad. Olvidó el mandatario que eran delincuentes que querían generar caos, que se aprovecharon de él, de los maestros, estudiantes, de las centrales unitarias que marcharon decentemente.
Desde Bogotá- lo confieso- fue vergonzoso ver cómo Neiva estaba en manos del vandalismo, de un grupo de jóvenes que burlaron al Ejército, a la Policía, mientras las autoridades civiles, escondidas en una sala de mando, buscaban responsables. ¿Quién responde? ¿Ya expusieron públicamente a los vándalos en un cartel donde los identifiquen y los entreguen a la Justicia? No hay excusa. Para desgracia de los delincuentes que arruinaron la protesta pacífica, las redes los delatan y saber quiénes fueron no es tan complejo.
En Neiva no se puede volver a repetir un hecho igual, es una ciudad pequeña, de gente pacífica, donde ni siquiera en el auge de las Farc, vivimos un panorama igual.
Lo importante es que se entienda que ante el vandalismo, no existe el diálogo, ni la contemplación, al menos mientras insistan en destruir lo que se les antoje. De lo contrario, ante cada movilización incendiarán la ciudad.
Por cierto, ¿vieron la marcha del personal de salud en la capital del Huila? De admirar.
Nota uno: Carlos Ramiro Chávarro no está del lado de los conservadores en el Huila porque se convirtió en uno de los políticos más cercanos a Luis Enrique Dussán. Contrario a lo que creerían muchos, es su principal defensor. Conclusión: su curul la ganó para hacer oposición, pero de eso, hasta ahora, poco.
Nota dos: Empezó la rotación de procuradores en el Huila. A la Regional llegará un conservador, de la casa Andrade, y cercano al exdiputado Carlos Alirio Esquivel. En ocho días más detalles.