Eduardo Gutiérrez Arias
El pasado jueves Lidio García, presidente del Senado, le advirtió al presidente Duque, que cualquier ingreso de tropas extranjeras a nuestro país debía ser autorizado por el Senado de la República, tal como lo ordena el artículo 173 de nuestra carta magna. Esto en razón a los rumores de la próxima llegada de un batallón de tropas norteamericanas a nuestro país. El tema fue motivo también de airadas protestas de los senadores Antonio Sanguino y Gustavo Bolívar. Aunque el llamado de los senadores iba dirigido a Duque, quien respondió fue el senador Álvaro Uribe, manifestando que estos soldados sólo venían en misión de entrenamiento del ejército colombiano en su lucha contra el narcotráfico, las guerrillas y demás bandas armadas ilegales. Dos inquietudes surgen de su respuesta. Así él sea el jefe del partido que eligió al presidente, no creo que esté autorizado para hablar en su nombre. Segunda, para hacer entrenamiento de tropas no se requiere de un batallón.
Pero alejémonos de las triquiñuelas politiqueras que buscan esconder procedimientos anticonstitucionales. Los colombianos sabemos que desde que Duque llegó al gobierno, uno de sus propósitos centrales fue el derrocamiento de Nicolás Maduro de la Presidencia de Venezuela, mucho más importante que detener la ola de crímenes contra líderes populares o consolidar la paz en el país. Por eso se puso al servicio del gobierno de Donald Trump en este propósito. Esto explica porque el intento fallido de un grupo de mercenarios por invadir la hermana república se organizó desde Colombia. Tienen razón quienes creen que el verdadero propósito de estas tropas es el derrocamiento del gobierno venezolano.
Los Estados Unidos son hoy la única potencia militar involucrada en la mayoría de las guerras que quedan en el mundo: Irak, Afganistán, Siria, Somalia, Sudan del Sur, Yemen, etc. La China no tiene tropas en el extranjero, ni participa en ninguna guerra actual. Tampoco lo hacen Rusia ni otras potencias europeas. La historia de América Latina está plagada de invasiones, guerras y violencia promovidas por la potencia del norte. A Colombia le cercenó Panamá, a México los estados del norte, Panamá y Granada sufrieron invasiones suyas, Chile y Guatemala el derrocamiento de presidentes demócratas. Con toda razón nuestro libertador Simón Bolívar dijo “Los Estados Unidos de Norteamérica, parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miseria a nombre de la Libertad”. Y esos son los inocentes asesores que Duque le ha pedido a Trump en momentos en que la pandemia y el confinamiento dificultan la protesta popular en las calles.