2015 fue un año de algarabía para los huilenses porque se firmaron las actas de inicio de las dos mega-obras viales más importantes del sur del país, a través de las concesiones Neiva-Mocoa-Santana y Neiva-Girardot.
En el caso de la concesión vial Neiva-Mocoa-Santana, se prometieron, entre otras cosas: 22 kilómetros de segunda calzada entre Neiva y Campoalegre; 36 kilómetros de variantes en los municipios de Campoalegre, Hobo, Gigante, Timaná, Betania 1, Betania 2, Mocoa, Villagarzón y Puerto Caicedo; así como trabajos de mejoramiento en 18 kilómetros entre Hobo-Gigante, Garzón-La Jagua y Mocoa-Villagarzón. Fueron anunciados, incluso, tres túneles y 54 puentes. Frente a la concesión vial Neiva-Girardot, entre otras obras, se anunció la doble calzada entre Neiva y el municipio de Aipe.
Más de cinco años después y cuando ya han transcurrido dos Gobiernos, el de Juan Manuel Santos e Iván Duque, ninguna de las dos mega-obras viales prometidas es realidad. Una de ellas, claramente, está más embolatada que la otra. En la doble calzada Neiva-Aipe, por lo menos, avanzan —lentamente– en el desarrollo de las obras.
Sin embargo, el sinsabor que queda es por qué al departamento del Huila le incumplen de esta manera; por qué mientras en otras regiones del país las vías 4G o de Cuarta Generación se han llevado a cabo sin contratiempos, a los huilenses les ha tocado soportar la falta de dinero para los cierres financieros y toda clase de excusas por parte de los contratistas.
Vale la pena lanzar las siguientes preguntas: ¿Cómo decirle al huilense de a pie que tras un lustro, las dos mega-obras viales prometidas aún no se hacen realidad? ¿Quiénes son los responsables? ¿Le ha faltado a la dirigencia huilense (léase congresistas, diputados, concejales, mandatarios y líderes gremiales) mayor entereza y pundonor a la hora de hacerle seguimiento a las obras y reclamar su cumplimiento? ¿Ha habido exceso de conformismo?
“Cómo decirle al huilense de a pie que tras un lustro, las dos mega-obras viales prometidas aún no se hacen realidad? ¿Quiénes son los responsables? ¿Ha habido exceso de conformismo?”