La Nación
De pie y con la mano en el pecho 1 20 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

De pie y con la mano en el pecho

¡Independencia! grita, el mundo americano; se baña en sangre de héroes, la tierra de Colón.

Pero este gran principio: «El rey no es soberano», resuena, y los que sufren bendicen su pasión.

Las manecillas del reloj su marcha sigue. Son las 5 de la mañana y el minutero rápidamente se posa sobre el número 30, para algunos ya es tarde, para otros quizás muy temprano. Rayos de luz se dejan ver ya sobre el oriente, y la melodía de una alarma da aviso para ponernos de (pies) y creer que hay razón suficiente para dar la lucha por un día nuevo de esperanza.

Sobre la cordillera el sol empieza a parecer, mostrando su irradiante fuego que calienta las mañanas de un pueblo maravilloso que se alista para cumplirle la cita a su futuro. Unos van vestidos de optimismo, otros con desasosiego, algunos incrédulos y una gran mayoría con su mejor traje de vendidos. Pues hoy es el día en que la democracia vence y triunfa o se pierde y se entierra por otros 4 años más.

Sobre las 8 de la mañana se abren las puertas del lugar dispuesto para la cita y en él, se muestran dos caminos; el primero nos dirige a la construcción de un mejor mañana, pero hay otro que entre la oscuridad un sol no ha podido vencer, mostrando el horror que se seguirá viviendo en un país como Colombia si la sociedad decide tomarlo.

Muchos tomaremos el camino de la construcción, otros y un poco más seguirán empeñados en tomar el camino del hambre, de la desigualdad, de la falta de oportunidades y del derramamiento de sangre de un pueblo que acostumbrado, lava con sus lágrimas, borrando rápidamente las huellas de criminales, que saben que la memoria no es el mejor don de la sociedad.

No hay vuelta atrás, ya solo queda mirar hacia adelante y como un gran equipo afrontar los retos que tenemos como ciudadanos para cambiar de manera progresiva nuestros 1.122 municipios que conforman 32 departamentos, sus más de 50 ríos, sus 5 principales vertientes hidrográficas que bañan al país, montañas y cordilleras que desde lo alto nos muestran sus campos, la biodiversidad y la grandeza que tiene Colombia para trabajar por ella y proyectarla como potencia mundial.

¡Colombianos! Dejen de ser tan pesimistas, dejen de creer que el país no puede salir de la horrible noche. Salgan a cumplir la cita con la democracia y se darán cuenta que estos reyezuelos que tenemos amarrados en la actualidad en el Congreso no son soberanos y que hay un pueblo con descendencia de centauros indomables que darán siempre la batalla para que “el bien germine ya”