La Nación
Decadencia del poder político y económico 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Decadencia del poder político y económico

 

Marcos Silva Martínez

 

Ante los efectos del desarrollo económico, la expansión y profundización de la ciencia, el conocimiento y las tecnologías, junto al crecimiento demográfico, no es sensato creer que las relaciones entre naciones, puede mantenerse inmodificables.

La historia  enseña  que el crecimiento del poder y capacidad de dominación, de las  que alcanzan altos niveles de desarrollo, es inevitable peo no indefinido. Llega hasta un punto de inflexión en el que comienza el declive y decadencia, frente al crecimiento y  competencia de nuevos actores.

Ese resultado no ocurre por azar. Obedece a causas específicas. Generalmente son producto del uso y abuso del poder y objetivos  de dominación, factores  que determinan la estructuración de sistemas económico-políticos, generalmente  soportados en desigualdades socioeconómicas, caracterizadas por concentración de riqueza, capital,  poder y dominio, con proyección  internacional.

El crecimiento del poder económico facilita el crecimiento del poder político y tecnológico y estos, inducen el desarrollo del poder  militar y determinan propósitos  de dominación internacional.

Bajo esas condiciones se estructuran los modelos económicos y se definen las ideologías que sustentan los movimientos políticos nacionales y a nivel global.

  1. Piketty, en su reciente libro (Capital e Ideología 2019) concluye  que cada sociedad desigual crea una ideología para justificarla. “Eso permite que los ricos duerman cómodamente dentro de sus casas mientras los indigentes se congelan a la intemperie”.

Analistas e investigadores  políticos y económicos concluyen que, mientras Marx veía la historia como una lucha de clases, Piketty la ve como una batalla de ideologías.

Hechos,  tendencias  y resultados, de los sistemas económico-políticos y de gobierno, la sociedad en general los acoge sin reservas, por los atractivos socioeconómicos inmediatos, particulares y colectivos que despiertan.

En las últimas décadas, especialmente dos países, particularmente desiguales, exhiben esas características e idearios políticos y económicos:  E.E. U.U y Reino Unido.

Las  políticas de dominación internacional las aplican  mediante firma de  tratados o desconocimiento de ellos, intervención e imposiciones del modelo económico, restricciones y  sanciones económicas,  endeudamiento público  y/o acuerdos de  cooperación (Plan Colombia, antidrogas, defensa nacional, antinarcóticos,  etc.).

Con fundamento en los principios y objetivos de la ideología de globalización del mercado y de relaciones internacionales,  los E. U., en particular, han intervenido e intervienen  en el destino de naciones, quitando  o imponiendo gobernantes, desestabilizándolas  y asfixiándolas económicamente e influyendo en la estructuración de marcos institucionales débiles y laxos, favorables a los propósitos y objetivos del mercado, circulación y explotación del capital transnacional. Son acciones y efectos que muchas naciones del planeta y en particular  Latinoamérica han padecido sistemáticamente, de parte de E. U.

Bajo la equivocada concepción del poder y  de dominio del mundo, los E. U., con el actual presidente, revive la consigna  de “América para Loa americanos” (1823) y de “Estados Unidos primero”.

Con esa visión,  se empeña en  profundizar el dominio planetario y tutelar el destino y desarrollo de las naciones, en lo económico, político, militar  y social, en muchos casos desconociendo acuerdos y tratados suscritos por sus antecesores.

Desde  el gran reparto del mundo en Yalta (Churchill, F. D. Roosevelt, Stalin 1945),  acto conque concluyó la Segunda Guerra Mundial,  E. U., ha logrado  amplio desarrollo, científico, tecnológico, industrial, comercial y poder  económico, que le han proporcionado indiscutible poder  geopolítico y militar.

 

 

Con el transcurso del tiempo, ha tenido que  enfrentarse  a la competencia progresiva,   activa y efectiva de nuevos actores,  en el campo del conocimiento,  la ciencia, la tecnología, la producción, la industria, el comercio, y la competencia  indiscutible en el campo militar, como consecuencia de que la globalización impuesta, desde los círculos de poder internacional,  con fines comerciales y  dominio geopolítico.

La  globalización de la ciencia,  el conocimiento científico y  tecnológico, propician y obligan replanteamientos de las relaciones internacionales entre nación, no solo de áreas de dominio geopolítico, sino  de distribución de mercado y de influencia entre naciones desarrolladas y en desarrollo.

Eso motiva y explica   las tensiones políticas entre naciones, regiones  u organizaciones de naciones, que pueden convertirse en  graves peligros para la convivencia global y hasta para la presencia de la vida en la tierra y  en el presente, son las causas y motivo de la lluvia de sanciones, amenazas comerciales y  de tipo bélico, de E. U.,  intensificadas en el gobierno Trump, con acciones de asfixia y destrucción de sus economías. Son  decisiones justificadas, solo bajo el pretexto de la defensa de los intereses de los estadounidenses.

No son actitudes y decisiones  sacadas de la manga. Obedecen a la certidumbre y reconocimiento de su pérdida de poder, el creciente déficit comercial y de balanza de pagos, perdida de mercados frente a diversos nuevos competidores, el desbocado y creciente gasto militar y el endeudamiento interno y externo, que han alcanzado cifras desafiantes.

La encrucijada de tensiones internacionales, surgidas en las últimas décadas y agudizadas durante el gobierno de Tump, coherentes con su condición de  personalidad  obsesiva compulsiva, narcisista, paranoica y mitómana,  la convierten en un peligro para la estabilidad económica y política mundial.

La  actual escalada belicista instrumentada de diversas formas, entre otras; mediante la aplicación de disposiciones de la Ley Helms-Burton contra de Cuba y un torrente de sanciones económicas en contra de Venezuela, Nicaragua, China, Irán,  Rusia y Corea del Norte, Siria,  amenazas a la misma U.E, y desconocimiento de tratados internacionales, son consecuencia del creciente desequilibrio y decadencia  de poder y dominio geopolítico por los que atraviesa el régimen de U S A, que hace concluir a analistas económicos y políticos, que los días del apogeo  de E. U., no son promisorios.

Surgen posiciones y decisiones que evidencian cambios de actitud de   países como Francia, Italia, Reino Unido, Alemania, España, Portugal, Holanda y Bélgica y demás naciones de la Unión Europea, respecto a la aplicación de  “extraterritorialidad” de leyes dictadas por el Congreso de Estados Unidos y sobre acatamiento de decisiones, sobre desconocimiento o incumplimiento  de tratados suscritos por anteriores gobiernos de E. U.

En el campo económico, E. U. se enfrenta, entre otros,  a los adelantos tecnológicos y científicos y poder económico de China y su proyecto  denominado  la Nueva Ruta de la Seda, del que ya hacen parte un significativo número de países europeos, asiáticos,   africanos y la mayoría de naciones del continente americano, con excepción de Colombia y E. U., tal como quedó registrado en el segundo Foro sobre la Nueva Ruta de la Seda,  celebrado en China, en la última semana de abril de 2019.

Con la reciente firma del memorando de inclusión, por Perú, la lista la integran Panamá, Ecuador, México, Venezuela, Chile, Uruguay, Bolivia, Costa Rica, El Salvador, Antigua, Barbuda, Guyana, Surinam, Trinidad y Tobago y Argentina. Además China ya es el primer socio comercial de Brasil, Chile, Argentina y Perú y el segundo de México.

El programa Nueva Ruta de la Seda, fue lanzado por el gobierno chino de Xi Jinping, en 2013 y desde entonces, ese gobierno  ha invertido más de U$89.000 millones y los bancos chinos, como el Banco Asiático de Inversión e Infraestructura (sustituto del Banco Mundial), que  ha prestado más de U$250.000 millones, según información del reciente foro, en el que suscribieron nuevos acuerdos por más de U$64.000 millones, para proyectos de cooperación.

El Programa Chino de la Nueva Ruta de la Seda, prevé inversiones que bordean el billón de dólares hacia 2040.

En el campo científico, tecnológico, militar  y del espacio, la competencia entre Rusia y China con E. U., se intensifica y se definen posiciones.

La guerra comercial en curso, entre E. U. y China, cuya tasa  de aranceles decretada por Trump,  escaló de 10% a 25% a partir del 10 de mayo de 2019, sobre un volumen de U$300.000 millones de importaciones y ordenó finalmente extenderlos a todas las importaciones desde China a E. U.,  es consecuencia directa de la rivalidad tecnológica entre esas dos naciones, desde  patentes internacionales OMPI (según OMPI ya en 2017, las empresas chinas dominaron el promedio mundial). Huawei con 4.024 y ZTE con 2.965. La mayor empresa estadounidense quedó en tercer lugar.

La competencia es de alta tensión. El  uso de Drones (prohibidos los DJI chinos desde 2017 en E. U.), China ya domina ese campo.  La prohibición de redes sociales de occidente en China (Google, Apple, Facebook, Amazon GAFA) y prohibido el sistema chino (Baidu, Alibaba, Tencent, Xiaomi –BATX), en E.U.

Mediante legislación restrictiva, las tarjetas de crédito gringas (Visa, Mastercard, América Express) están penalizadas y reemplazadas por medios chinos (Alipay, WeChat, UnionPay).

En geolocalización China sustituyó el GPS, por su propio sistema de  navegación satelital  Beidou, soportado en una red de 30 satélites, alrededor del planeta. Todo como garantía de independencia estratégica y económica y estará en funcionamiento en todo el globo, a finales del  2020.

China se ha fijado el objetivo de la autosuficiencia, bajo el lema de Made in China 2025, para convertir a esa potencia asiática en potencia en tecnologías, desde la industria aeroespacial, pasando por la robótica, las telecomunicaciones, biotecnologías y transporte terrestre eléctrico.

China pretende autosuficiencia tecnológica en mínimo 70% de componentes y materiales para 2025.

Bajo esas perspectivas se desarrolla, la guerra comercial declarada por Trump, mientras China sigue siendo el mayor acreedor de E. U.

De  acuerdo con las dinámicas del desarrollo, de esa nación   registradas ininterrumpidamente, desde las reformas introducidas por Deng Xiaoping  (1939) y las marcadas diferencias en las relaciones comerciales y políticas de producción, económicas y de comercio  de China, con terceras naciones, respecto al régimen de E. U., y los resultados evidentes de las sanciones arancelarias, después de más de un año de la imposición a mercancías chinas, permiten presagiar derrota para E. U., en el mediano plazo, si ellas se mantienen, tal como lo pronostica un exsecretario de comercio de E. U. Entre marzo 2018 y marzo 2019, las importaciones de E. U. desde China crecieron 5% y las Exportaciones de E. U, a China decrecieron 13%, en el mismo periodo. Las exportaciones de China a E. U. son 13 veces superiores a las realizadas en sentido contrario.

Las tasas de aranceles inicialmente impuestas a las importaciones desde China del sector agropecuario, golpearon significativamente el sector y condujo al  gobierno de Trump, a incrementar subsidios por cuantía que supera los U$13.000 millones año, para compensar la reducción en subsidios y de exportaciones del sector agrícola.

En el campo tecnológico, el Pentágono  admitió el 2 de mayo de 2019 que E. U. cede su dominio en el espacio, ante Rusia y China, como consecuencia de la innovación,  disminución de costos de lanzamiento y fracasos de los Transbordadores espaciales  (3) de E. U., que quedaron suspendidos desde julio 15/2012 y fueron sustituidos por las Naves Soyuz TMA-05M, (NASA/Carla Cioffi Reuters), según el secretario de defensa en funciones de E. U., Patrick Shanahan.

 

En el campo productivo, comercial-industrial general,  la competencia entre naciones y en particular con emergentes polos de desarrollo, presagian cambios profundos.

Rusia dispone de las mayores reservas energéticas  de gas natural  (48 billones de m3 frente a 10 billones de E. U.,   reservas de 80.000 millones de barriles de crudo frente a 48.000 billones de E. U.) y se convirtió en el mayor abastecedor de gas a Europa, mediante la construcción del gasoducto que une a esa nación con Alemania, cruzando por Ucrania (Nord Stream), en funcionamiento y con capacidad de 27.000 millones de metros cúbicos/año, más el nuevo gasoducto (Nord Stream 2, paralelo al existente 28.000 millonesM3/año) que une a Rusia con Alemania por el fondo del Mar Báltico,  para un total de 55.0000 millones de M3/año, proyecto en construcción al cual se opone Trump, pues bajo esas condiciones queda excluido  E. U. de ese negocio, más el gasoducto bajo el  Mar Negro (TurStream 38.000mill m3/año), construido por  GASPROM, desde el sur  de Rusia hasta el norte de Turquía  para abastecer el norte de Turquía y sur europeo, con lo que E. U. queda excluido del negocio del gas en Europa  por la imposibilidad de competir en precio/por unidad, y Rusia cubrirá alrededor del 60% del consumo europeo de gas natural.

Igual ocurrirá con la industria aeronáutica, cuyo comercio hasta hoy  domina la Boeing y que en el 2021 se enfrentará a la competencia rusa con los aviones de pasajeros MS-21-200 – 300 y 400, equipos con capacidad entre 165,  212 y 260 pasajeros, 6400 Km de autonomía, 20% menos caros que los Boeing 737 Max 8-9. Son equipos  probados desde 2017 en la federación rusa, dotados de últimas tecnologías, para la protección del ambiente y bajo consumo de energía.

Otro tanto ocurre con el desarrollo general de la China y en particular en el sector agrícola y de telecomunicaciones. Investigadores  económicos y políticos prevén superioridad  de la China frente a E. U. en términos del PIB mundial total, en proporción   de 38% y 23.5% respectivamente,   para el 2030.

La competencia económico-política y ceintífica, no  ocurre solo entre E.- U.,  Rusia y China. Se  desarrolla también entre y con otras naciones, que están logrando niveles de desarrollo y producción, que las potencian para competir en el campo internacional, como en efecto ocurre.

Lo que se reconoce ya como el bloque de desarrollo económico ASIA-PACIFICO, generará en corto tiempo la definición de un nuevo polo de desarrollo económico,  con sus correspondientes organismos financieros de alcance internacional y nuevo o nuevos símbolos monetarios, sustitutos del dólar. Las acciones en este sentido ya son objeto de análisis y concertación, entre naciones emergentes.

Son hechos económicos, políticos y financieros, de impacto global, que todas  las naciones y sus gobernantes deben tener en cuenta, para la proyección y planificación del desarrollo interno, de sus naciones, para  poder orientar,  articular y desarrollar  sus planes de desarrollo interno, sus relaciones internacionales en el concierto global  y de esa manera participar de los beneficios del crecimiento económico mundial, de los cambios geopolíticos y de  los resultados  de la evolución y globalización del conocimiento, la ciencia y la tecnología, situaciones que obligan la redefinición y defensa de la soberanía de cada nación.

Son hechos y condiciones que pueden acelerar la transición hacia un modelo económico-político más equitativo y sustentable, con alcance internacional, que no pueden ignorarse.