En esta ocasión voy a plantear algo que tiene que ver más con el sentido filosófico aplicado al ejercicio de la profesión del arquitecto, y es que en el desarrollo de ideas acerca de la definición de un proyecto, esas ideas que le van a dar forma, contenido y resultado, deben ser cuidadosamente construidas siempre pensando que las decisiones deben medirse, una idea debe estar centrada, en la medida justa, el alcance exacto para el proyecto, los extremos son peligrosos, en los proyectos deben mediar con un sitio en la ciudad, deben interactuar con el usuario, integrarse a la ciudad, no ser indiferentes al ecosistema, dignificar al ser humano porque desde ese momento ya los proyectos dejan de ser propios o independientes de un contexto, o un usuario, pienso eso sí que en los aspectos éticos, no hay punto medio, aquí no cabe ninguna justificación diferente al rigor, pero en los planteamientos, los recursos, respetar normas, el debido trámite y la responsabilidad social, económica, ambiental y profesional se debe ser congruente
En la historia, las ciudades adquieren carácter y personalidad gracias a los proyectos importantes o emblemáticos que las identifican, pasan a ser proyectos de la humanidad al servicio del ciudadano, diría yo, generan turismo, y a su vez le dan un papel relevante dentro del contexto de las grandes ciudades.
Ahora bien los grandes proyectos de las ciudades siempre generan un interés académico y son motivo de estudio visita y objeto de interés para encontrar y porque no, tratar de imitar en otras condiciones de ciudad, los más importantes gestos o aportes del proyecto, y ese interés académico produce carácter y formación en el estudiante y en el desarrollo de sus planteamientos académicos
Pero también debo poner de presente un fenómeno que viene ocurriendo en las grandes ciudades especialmente en el Latinoamérica por fallas al licenciamiento previo a la construcción, una obligación profesional del diseñador, que aunado a desequilibrios muy frecuentes con el aumento en el valor de las unidades en proyectos de vivienda y la demanda sobre las mismas, viene ocasionando algo de parálisis en las ventas, bien por financiamiento, o por faltas en subsidios en zonas de la ciudad en transición y ocasionan afectaciones a la vocación urbana de estas zonas, que se ven perjudicadas, porque claramente no puede haber proyectos de vivienda sin considerar previamente todas la dotaciones urbanas complementarias y necesarias del sector y que deben existir para que sean viables y eficientes estos proyectos y las nuevas zonas de vivienda, sean funcionales con centros de educación, salud, trabajo y desde luego su inmersión en la ciudad activa y eficiente