En Huila la precariedad en las viviendas rurales así como la carencia de una casa digna para la población campesina, no mejoró durante los dos últimos años, según revela la Encuesta Nacional de Calidad de vida.
CATERIN MANCHOLA
Durante el 2021 el porcentaje de hogares con déficit habitacional en centros poblados y rural disperso del Huila creció y llegó al 61,7%, mientras que un año antes había sido del 60,5%, estos valores están por debajo de la media nacional que subió del 64,5%, al 68,2%, es decir, lamentablemente el año pasado la situación empeoró tanto en el departamento como en el país.
Así lo reveló la Encuesta Nacional de Calidad de Vida realizada por el Dane donde se presentan dos tipos de mediciones en detalle: déficit cualitativo y déficit cuantitativo y en las que el Huila no logró mejorar durante el 2021 frente al 2020; de la sumatoria de estos dos indicadores resulta el mencionado déficit habitacional.
Las carencias en el cualitativo están relacionadas con aquellos hogares que habitan en viviendas con deficiencias que no son de carácter estructural, por ejemplo, más de dos personas por cuarto para dormir y cuyas casas tienen pisos en tierra, arena o barro, que cocinan sus alimentos en un cuarto usado también para dormir; en una sala-comedor sin lavaplatos, o en un patio, corredor, enramada o al aire libre.
Además, independientemente de si habitan en viviendas con o sin conexión a acueducto, obtienen el agua para cocinar de un pozo sin bomba, aljibe, jaguey o barreno; agua lluvia; río, quebrada, manantial o nacimiento; carrotanque; aguatero; o agua embotellada o en bolsa. En las que el servicio de sanitario no tiene conexión; letrina, descarga directa a fuentes de agua (bajamar); o si no tiene servicio sanitario. Sin servicio de energía eléctrica. Y sin servicio de recolección de basuras.
En suma, situaciones para las cuales es posible realizar ajustes o algún tipo de intervención y dar solución a esos problemas. En Huila la población caracterizada con ese déficit se incrementó del 53,2% al 54% de la población rural, superando la media nacional, y así mismo el país pasó del 43,6% al 47,5%.
La otra medición es de tipo cuantitativo, donde se identifican hogares que habitan en viviendas que presentan deficiencias estructurales y que por esta razón no cumplen con los estándares que garanticen su habitabilidad. Los componentes de este indicador están relacionados con la estructura de la vivienda (tipo de vivienda y material de las paredes), condiciones de cohabitación y presencia de hacinamiento no mitigable.
Por ejemplo, campesinos que viven en una carpa, cueva o refugio natural. O también, en casas que el material predominante de las paredes exteriores sea madera burda, tabla o tablón; caña, esterilla, u otros vegetales; materiales de desecho. Y hogares que habitan en viviendas sin paredes.
En este aspecto el departamento ascendió del 7,3% al 7,7% de la población rural que vive en dichas condiciones. Por el contrario, a nivel nacional se bajó del 20,9% al 20,7% de la población campesina que padece de este déficit.
Las cifras muestran el recrudecimiento de las precariedades en el sector rural del departamento del Huila y exhortan a los gobiernos a canalizar proyectos de viviendas en pro del campo.
Déficit habitacional
Los resultados de la Encuesta revelan que 11.000 hogares de centros poblados y rural disperso en Huila estaban en déficit cuantitativo (7,7%) y 75.000 estaban en déficit cualitativo (54%).
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