Esta frase la escuché, desprevenidamente, en un grupo de personas que hablaban sobre el desarrollo de las festividades sampedrinas aquí en la ciudad de Neiva. Esta frase la escuché, desprevenidamente, en un grupo de personas que hablaban sobre el desarrollo de las festividades sampedrinas aquí en la ciudad de Neiva. Y se referían a los mismos comentarios generalizados que se han expresado sobre el desorden que se presentan en algunos aspectos organizativos y de participación de la misma gente en varios desfiles. Y creo que sí hay razones, desde hace varios años, para seguir diciendo que estas fiestas se deben organizar de una mejor manera; es decir, que sí hay que jalarle menos al jolgorio y hacer un buen festival. Un festival sampedrino en donde no haya exceso de protagonismo de los que organizan las fiestas y en donde se note un buen nivel de organización. Porque a la gente le gustaría, de comentarios que uno recoge en el día a día, que se institucionalicen los desfiles, de tal manera, para que no se vean como cada uno haciendo lo suyo. Por ejemplo, ¿por qué cada universidad hace su propio desfile o cabalgata? Lo mejor sería que haya un solo desfile de las universidades, en donde cada una de estas instituciones nos muestre lo que tienen en expresión artística, cultural y educativa. Miren que con los colegios sí se hace un solo desfile, pero les hace falta mucho más y nos muestren también lo que tienen en expresiones artísticas, culturales y educativas; incluyendo, que los colegiales nos muestren más sobriedad en su actuación sin ninguna ebriedad. Es que cada fiesta que se hace, se notan los ajustes que hay que ir haciendo para mejorar su realización. Mejoramiento que tiene que pasar por darle un mejor apoyo a las organizaciones artísticas y culturales de nuestra ciudad, de nuestra región. Y, sin duda, mejorar la organización implica que se cumplan los tiempos y los compromisos que se adquieren para el desarrollo de las fiestas. Se siguen presentando demoras en el inicio de algunos desfiles y eventos, como incumplimientos de trabajos que se encomienda; verbigracia, la fabricación de carrozas. Pero así como se les exige a los organizadores de las fiestas, también hay que exigirles a los que participan de ellas. Por ejemplo, los jinetes quieren entrar a la cabalgata a la hora que quieren y algunos intenta no pagar por su participación, como lo hace todo el mundo; y cuando termina el recorrido, muchos quieren pasear por su caballo por cualquier lado. Se acabó con la manía de echarle agua y maicena a cualquier parroquiano, pero no se ha podido acabar con la famosa espuma en spray. En síntesis, todos debemos aportar para hacer menos jolgorio y ayudar a realizar un buen festival.