La Nación
Democracia, pero de verdad 1 24 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Democracia, pero de verdad

 

Por: Alexander Molina Guzmán

Es mejor el libre pensamiento que el dogmatismo; es mejor la ciencia que la ignorancia; es mejor la igualdad que la discriminación; es mejor ser humano y no deshumano; es mejor cuidar la naturaleza que destruirla; es mejor la resolución de los conflictos que no resolverlos, por eso es mejor la paz que la guerra; es mejor amar, así sea por momentos, que odiar eternamente; es mejor que la política sea para servir y no para servirnos; es mejor que nos valoremos por el solo hecho de ser personas, que “tener valor” por el dinero que tengamos; aunque tengamos casa, será mejor tener hogar; es mejor el Estado Social de Derecho que el Estado Corporativo, porque el primero está fundado en la dignidad humana y el segundo se funda en enriquecer a unos pocos vulnerando la dignidad de millones de personas…Por eso es mejor la democracia que la dictadura, que el autoritarismo, que el fascismo.

No importa, tenemos democracia así sea en el papel, pero la tenemos…Sólo hay que seguir en el empeño de volverla realidad para que sea de verdad. Nunca algo está totalmente terminado, sobre todo cuando apenas se empieza. Nos ufanamos en que Colombia tiene una de las democracias más antiguas de América Latina, pero es una democracia artificiosa, no la hemos generalizado realmente. Acá lo que ha habido es un “autoritarismo democrático” por medio del cual un grupo de familias, terratenientes y grupos económicos, emparentados entre sí, se han tomado históricamente el poder de manera hasta fraudulenta, mafiosa, incluso a sangre y fuego, para repartírselo y tener una lujosa vida que millones de colombianos no se pueden dar. Sí, así es, investiguen, lean la historia de Colombia, así sea la oficial, y encontrarán las evidencias. Pero no, esos millones de colombianos no quieren esos lujos, quieren es que el Estado también les sirva ellos y mejorar su calidad de vida…Que haya verdadera democracia y se desmonte la plutocracia.

Son los verdaderos ciudadanos los que pueden y deben sacudir el establecimiento para que la democracia le llegue a todos de manera directa, no por medio de la venta y compra de conciencias, y que haya mejor calidad de vida para la gente.

Sí se puede, sólo hay que dejar de elegir gobiernos al estilo de Trump, Putin, Bolsonaro o Uribistas. Sí se puede, hay que formar una conciencia colectiva para lograrlo, partiendo de esa elemental pregunta: ¿Queremos verdadera democracia? Entonces, no sigamos en la mentira que eligiendo gobiernos autoritaristas y plutocráticos vamos a conseguirlo. Insistamos: hay que elegir son gobiernos democráticos, progresistas, humanos, que nos abra ese camino.

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