La Nación
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“Democraterismo puro”

Lamentable que en este país de beatos, camanduleros y mojigatos haya bastado que la Corte Constitucional anunciara una sentencia de tutela en la cual se falla a favor de una lesbiana que desea adoptar el hijo biológico de su pareja, para que de inmediato propusieran convocar un referendo para que los colombianos decidiéramos acerca del tema.

Invitar a la mayoría para aplastar mediante una votación popular a las minorías es “democraterismo puro”, pues estaríamos ante una degeneración de la democracia o un abuso de la misma al exceder sus mecanismos de participación, es decir sería una burda intención de imponer la opinión de las mayorías sobre las minorías, vulnerando de paso sus derechos.

Flaco servicio le prestan a la iglesia quienes acomodan las enseñanzas de Cristo e interpretan la Biblia a su antojo definiendo que es ser “normal” y limitando derechos de ciertos ciudadanos, olvidando que Cristo dio ejemplo de inclusión y protección hacia las minorías y los excluidos como las prostitutas y los enfermos, precisamente porque pregonó como base de su filosofía el amor al prójimo.

De otro lado y para adentrarnos en la ciencia, hace algún tiempo solicité a mi colega y paisano Carlos Alberto Sánchez Sánchez, psiquiatra infantil que reside en Estados Unidos, que me ayudara a buscar literatura médica sobre la crianza de niños por parejas homosexuales. Carlos me envió un artículo (Heineman, (2004). A Boy and two Mothers. Psychoanal. Psychol., 21:99-115) que es recopilación de múltiples estudios sobre el tema, el cual concluye que no existe evidencia científica de ningún tipo de alteración en la conducta social ni sexual de los niños criados por parejas homosexuales.

Así las cosas no es cierto que estemos ante un ultraje a las enseñanzas de Dios, mucho menos un atentado a la ciencia o algo que deba definirse vía referendo, lo que hay es una muestra de intolerancia hacia las diferencias, quizás porque como lo definió Freud, la persecución de algunos hacia los homosexuales tiene su origen en núcleos de homosexualidad no resueltos, es decir que esos perseguidores no son más que maricas latentes que sienten pánico con un homosexual al lado.

Lo que de verdad debería parecernos escandaloso es que la tutela se haya demorado cinco años, mucho más cuando involucra derechos de los niños que son población prioritaria en la Carta Magna, o sea que para que garanticemos un derecho a los más vulnerables tardamos todo ese tiempo, eso por si solo es un verdadero quebrantamiento de la democracia.
garcia.francisco@javeriana.edu.co