Depresión, vergüenza y rencor

Es común que cuando se piensa en reparar a las víctimas lo primero que se nos viene a la cabeza es la plata. Y sí, darles a las víctimas una compensación en dinero es fundamental, pero no podemos cometer el error de ignorar otras formas de reparación que son igual o más importantes. Una de estas formas es el apoyo psicológico que las víctimas deben recibir para poder avanzar con su vida.
 
En un documento reciente, el Centro de Memoria Histórica (CMH) profundizó en los efectos que la guerra tiene en la salud mental de las personas. Las masacres, las torturas, las desapariciones, los secuestros y la violencia sexual, son crímenes que pueden llegar a quebrantar la estabilidad mental básica de una persona, hasta el punto de llevarla a una total indiferencia por la vida. 
 
Haber experimentado el ambiente de terror ha llevado a las víctimas a experimentar sentimientos por ejemplo de miedo y depresión. El CMH expone el caso de una mujer que perdió a su esposo en la masacre de La Rochela “Ella se entregó a ese dolor, ella no hablaba, se quedaba callada o lloraba, tardó mucho tiempo llorando, no salía casi de la casa.”.
 
Es también común que las víctimas experimenten culpa y vergüenza. El CMH encuentra que para el caso de las mujeres esto ocurre sobre todo cuando han sido víctimas de violencia sexual, lo que lleva a que este tipo de delitos sean de los menos de denunciados. En el caso de  los hombre el sentimiento de culpa surge de la frustración de no haber podido evitar que sus familiares hayan sido víctimas.
 
Más preocupante aún, es la tendencia de muchas de las víctimas de sentir rabia y odio hacia sus victimarios. Una madre le expresó al CMH “[…] Son unos cobardes… si los tuviera enfrente los mataría… ojalá les hicieran lo mismo que ellos le hicieron a mi hijo. […]” Estos sentimientos profundos de rencor son los que llevan a la gente a tomarse la justicia por mano propia para vengarse de quienes les hicieron daño a ellos y a sus seres más amados.
 
Para lograr una paz estable y duradera es fundamental que las víctimas tengan una compensación económica, sí. Pero también es importante que recuperen su capacidad de disfrutar la vida, de desenvolverse en sus actividades cotidianas, de recuperar el control sobre sus sentimientos, de lograr un verdadero perdón que les permita avanzar si la necesidad de venganza.
 
Todo esto no será jamás alcanzado si seguimos ignorando la importancia de la salud mental de las víctimas.