La Nación
“Derecho, política y sociedad”   Hipoteca inversa: ¿un nuevo negocio para los bancos? 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

“Derecho, política y sociedad”   Hipoteca inversa: ¿un nuevo negocio para los bancos?

Germán Alfonso López Daza*

 

Siempre se ha criticado el excesivo proteccionismo de los gobiernos hacia el sector financiero y en ocasiones la creación de normas que permiten un lucro descomunal, por cuenta de las altas tasas de interés que fija el sistema bancario, así como el cobro de grandes sumas por todo tipo de transacciones y servicios.

En plena pandemia se han criticado las utilidades que los bancos obtuvieron por los giros que tales instituciones hicieron a los 3 millones de familias que recibieron un subsidio del Estado. El sector financiero sin ningún esfuerzo se ha quedado con ganancias por el orden de los 6 mil millones de pesos -asumidos por el Estado-, por cuenta de los pagos que realizaron a los grupos familiares que se beneficiaron con dichas ayudas.

Ahora el Gobierno acaba de crear una nueva figura llamada “hipoteca inversa”, con la cual pretende “lanzarle un salvavidas” a las personas mayores de 65 años que no tienen un ingreso fijo y que lo requieren en la actual crisis generada por la pandemia.

Esta figura es una operación financiera a través de la cual se otorga un crédito al propietario de un bien inmueble, quien garantiza el cumplimiento de la obligación mediante la constitución de una hipoteca, que solo será exigible hasta el fallecimiento del constituyente o del último de los constituyentes de la misma.

El bien inmueble servirá entonces de garantía sobre los dineros que el banco le girará, bien sea en una sola ocasión, por desembolsos periódicos durante cierto tiempo, o vitalicia hasta el fallecimiento de los constituyentes de la garantía hipotecaria.

Puede ocurrir que un adulto mayor después de haber abonado durante 20 o más años la cuota de una hipoteca para obtener una casa propia, nuevamente deba endeudarse con el fin de tener un ingreso modesto para subsistir. Es decir, el sistema actual queda diseñado para que el individuo esté toda su vida atado a las instituciones financieras prácticamente hasta el día de su muerte, momento en el cual ellas podrían quedarse con el inmueble el cual fue pagado muchas veces en su valor comercial. (*Dir. Grupo Nuevas Visiones del Derecho – USCO).