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Derrumbaron el colegio y estudian en la calle 1 28 marzo, 2024
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Derrumbaron el colegio y estudian en la calle

En discotecas, cafeterías, tiendas y casas de familia los alumnos de Santa Rita (Aipe) reciben diariamente sus clases, luego que derrumbaran su colegio para realizar una obra que nunca se terminó. En discotecas, cafeterías, tiendas y casas de familia los alumnos de Santa Rita (Aipe) reciben diariamente sus clases, luego que derrumbaran su colegio para realizar una obra que nunca se terminó. Los improvisados salones son lugares estrechos, mal ventilados y con pésima iluminación. La solución a la problemática tardaría mínimo un año, según las autoridades locales. GINNA TATIANA PIRAGAUTA G. LA NACIÓN, NEIVA Estrechos, mal ventilados y pésimamente iluminados son los improvisados salones, en donde reciben las clases diariamente cerca de 400 niños de la vereda de Santa Rita (Aipe), en el norte del Huila. La tradicional escuela fue derrumbada totalmente desde hace dos años para construir una moderna edificación de dos pisos, pero la obra nunca se terminó. Foto 1Completamente hacinados, los estudiantes desarrollan sus contenidos académicos en casas de familias, cafeterías, tiendas y discotecas de la población, mientras las obras de construcción de su nuevo colegio continúan paralizadas. La sala de informática es una estrecha habitación en la que los alumnos trabajan con los computadores portátiles en las piernas. El proyecto del ex alcalde Luis Felipe Conde Lasso, tenía que entregarse totalmente terminado en diciembre del año pasado, según el compromiso de Néstor Arce Vanegas, el interventor del proyecto. Sin embargo, la cuestionada Fundación Para el Buen Gobierno, a la que el gobierno municipal le adjudicó mediante el Convenio Interadministrativo 232 de 2010, la construcción de seis establecimientos educativos en la zona rural de Aipe, por un valor de 5.540 millones de pesos y a la que le giraron  4.317 millones de pesos para las obras, incumplió con los proyectos de Santa Helena y de Santa Rita. Desesperación Los docentes y padres de familia, expresaron su preocupación por la situación actual de los niños, que cursan desde primero hasta noveno grado de educación básica. Los estudiantes tienen que rotar constantemente de salones y es normal observarlos a cualquier hora del día por las pequeñas calles de la alejada población huilense. Foto 2Los maestros de Santa Rita no encuentran una forma de concentrar a cerca de 400 estudiantes en un solo lugar y protegerlos. La población cafetera se encuentra ubicada en una zona considerada de difícil orden público. “Afortunadamente no tenemos grandes problemas de indisciplina, pero los niños corren peligro en las calles porque esta es una zona roja. Logramos desocupar el polideportivo con la ayuda de los profesores y la comunidad, para que los estudiantes tuvieran un espacio para la recreación y el deporte, en la hora de descanso”, aseguró Gloria Eugenia León Delgado, rectora de la institución académica. Los alumnos tampoco cuentan con baños en donde realizar sus necesidades fisiológicas. En algunas casas de familia les prestan el servicio a los pequeños. Sin embargo, ante la insistencia y constancia de cerca de 400 estudiantes y el pésimo servicio de acueducto y alcantarillado en la población, algunos pobladores optaron por negar sus baños, argumentado cansancio. Una madre de familia aseguró que le preocupa la oscuridad del salón de clases de su hija. “La niña dice que le arde la vista cuando mira el tablero. Ojala haya una solución pronto, porque entre más días es peor. Hay muchas papás que llevaron a los niños a otras escuelas, porque la situación que se presenta acá es muy difícil.” Andrés Rojas, profesor de educación física, aseguró que la situación en el centro educativo es terrible. “Trabajamos con las uñas, son condiciones muy adversas para los niños. Los estudiantes mantienen en la calle a toda hora y no tenemos una infraestructura para que estén los alumnos concentrados. Los salones no son aptos.” Sin soluciones Foto 3La problemática que inició desde principios del 2011, generó que muchos pobladores se negaran este año a alquilar las habitaciones de sus casas como salones. Los pobladores argumentaron que los estudiantes deterioraban sus inmuebles y que además no había garantía de pagos. Gloria Eugenia León Delgado, rectora de la institución, dio su palabra a los pobladores para lograr los alquilares, que oscilan entre el millón de pesos mensuales, porque la alcaldía asumió el pago de los mismos. Sin embargo, no ha recibido aún el primer giro para cancelar los arrendamientos y tiene que lidiar diariamente con los cobros de los molestos habitantes. “A la fecha no hay una resolución, absolutamente nada para cancelarle a la comunidad. No hemos tenido ningún pronunciamiento oficial. Estamos en la calle, a la espera de una pronta solución. Tal vez tengamos que entrar a paro porque nadie quiere responder”, aseguró León Delgado. Dificultades La institución académica tenía aprobada la apertura del grado decimo, pero se quedaron con los papeles listos, porque ante la ausencia de instalaciones optimas, no recibieron la autorización pertinente. Foto 4Mireya Lugo Montes, operadora del restaurante escolar, aseguró que la situación es caótica. “Lo más importante es que terminen de construir el colegio para que no se esté en estas condiciones tan lamentables. Los niños son los que sufren por estas circunstancias dramáticas.” Lugo aseguró que hace un mes se acondicionó el restaurante escolar en una bodega de café, por gestión de la asociación de restaurantes y de la comunidad, ante la ausencia de apoyo local y departamental. Los desayunos y refrigerios se suspendieron por la reducción en las regalías petroleras y semanalmente el Icbf les vende almuerzos a los estudiantes que cuentan con los recursos para ello. Trabajo en difíciles condiciones Jeremías Garzón Garzón, docente de Castellano, manifestó que a pesar de la incomodidad, los maestros trabajan con constancia. “Intentamos salir adelante y brindarles a los muchachos una buena educación.  Tenemos muchas falencias. Los salones son muy oscuros.  La deserción es muy grande.” Freddy Gutiérrez, docente de matemáticas, dijo que trabajan muy mal en las habitaciones que alquiló la alcaldía. “No es la misma situación laboral en una casa que en un aula de clases. Estas no son las locaciones adecuadas. Los techos son bajitos, las vigas y columnas están deterioradas porque casi todas son de madera. Las aulas son pequeñas para todos estudiantes. No podemos reunir a los muchachos. Los chicos están en riesgo todo el tiempo, siempre están en la calle, no hay un lugar seguro para ellos.” Sin colegio, sin transporte, sin restaurante

Foto 8La rectora Gloria Eugenia León manifestó que alrededor de 50 niños desertaron del colegio por falta de rutas para el transporte escolar, la ausencia de alimentación y de una infraestructura para recibir las clases. “Ahora no podemos suminístrales ni siquiera agua a los estudiantes. La ausencia de transporte y restaurante generó que muchos niños no regresaran al colegio, porque les queda muy lejos de sus hogares. Algunos vienen a pie, sin desayuno ni lonchera. Tienen que esperar hasta el medio día para consumir el almuerzo que les brinda Bienestar Familiar por $2.000. Sin embargo, en los hogares de cinco o seis estudiantes, es imposible que les puedan costear a todos la alimentación y los papás los tienen que retirar porque económicamente no pueden sostenerlos.”

‘La situación es delicada’ Jesús Ernesto Álvarez, alcalde de Aipe, aseguró que la situación en el Colegio de Santa Rita es muy delicada. “La construcción no llegó más allá del 45%, el 28 de diciembre pasado declararon la terminación unilateral. Ahora estamos en medio del proceso legal. Buscamos soluciones con la Secretaría de Educación Departamental y la única opción fue arrendar habitaciones en casas de familias para los 450 estudiantes. Es una situación difícil, porque ellos no están en las condiciones adecuadas. En términos jurídicos antes de un año, difícilmente podemos reactivar la construcción de ese colegio. Igual pasó con la escuela de Santa Helena. Nos tocó buscar casas para ese caso. Las obras tenían la inversión de recursos asegurada, pero hubo incumplimiento del contratista.” LA NACIÓN, oye a la gente. Foto 5Claudia Viviana Gutiérrez Cruz, personera estudiantil. “Como no terminaron de construir el colegio tenemos muchas dificultades estudiando en locales o en casas. Esta habitación es el salón de tecnología, pero normalmente recibimos clases en una cafetería. Además tenemos problemas por la falta de baños y de transporte escolar. Hay compañeros que viven muy lejos, tienen que venirse a pie y con la situación tan peligrosa pues corren riesgos.” Ana María Tavera López, estudiante 901. “No tenemos la educación adecuada porque no hay colegio. Necesitamos que nos colaboren, porque es una situación muy difícil. Tampoco tenemos rutas de transporte y el clima no nos ayuda. La gente ya está aburrida porque mantenemos en sus casas. No hay nada adecuado para nosotros. Los locales no los quieren arrendar más. Nos toca recibir algunas clases en las calles. Los niños pequeños están en riesgo porque ellos salen corriendo y no tienen cuidado con los carros. Es muy grave.” Leidy Lorena Tavera López, estudiante 901. “Nos tumbaron el colegio y no lo volvieron a construir. Todo se quedó en demandas. En las casas el ambiente es difícil, todo es apretado. Cada rato tenemos que pasarnos de salón en salón. Se acumula mucho el ruido. No tenemos baños ni rutas.” Proceso jurídico Luego de la suspensión de Luis Felipe Conde por parte de la Contraloría, Inés Elvira Durán, la alcaldesa encargada de Aipe, liquidó el contrato de las obras ante el reiterado incumplimiento del contratista. El alcalde electo Jesús Ernesto Álvarez aseguró que su administración agiliza el cobro de las pólizas para terminar la construcción del colegio, pero ese proceso duraría mínimamente un año. Mientras tanto, los estudiantes tienen que continuar en las casas de familia de la vereda.