La Nación
Desde la tribuna 1 28 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Desde la tribuna

Marco Fidel Rocha Rodríguez

 

Los narcotraficantes se encuentran alegres ante la disputa que presentan los países consumidores y los productores de cocaína. El negocio crece cada día de manera descontrolada y afecta no solo a los países consumidores tradicionales sino también está afectando a los países productores que dejan para su consumo interno la hierba maldita de peor calidad destinada principalmente a niños y a jóvenes que vienen siendo vinculados mediante la adicción al negocio de la droga.

Este espectáculo no puede continuar y solo los acuerdos entre las partes para atacar el mercado de la hierba maldita es la solución para acabar con el vicio. Son tan culpables los gobiernos que no actúan con fuerza sobre la producción como quienes no lo hacen sobre el consumo. La tecnología de hoy, permite mostrar estadísticas minuto a minuto de los incrementos de los cultivos y de otro lado los decomisos tanto al interior de los países productores como al interior de los países consumidores, permiten obtener una estadística que se debería mostrar diariamente.

Los castigos ejemplares que deben recibir los narcos deben revisarse y sus penas aumentarse habida cuenta del daño que están haciendo a la humanidad y en especial tener en cuenta la penetración que están haciendo en la niñez y en la juventud. Las acusaciones que se hacen mutuamente y por no actuar con eficiencia para atajar la producción por un lado y permitir el consumo por el otro, no es solución alguna, es una muestra del desconocimiento al que estamos sometidos. Colombia en especial es un país que merece y necesita el apoyo de aquellos países que están recibiendo producción de coca que crece cada día afectando a nuestras familias, pero de manera especial a nuestra niñez y juventud.

El mundo no puede hacer caso omiso de esta grave situación y la vía de los pactos y acuerdos para luchar contra este flagelo es cada vez más URGENTE Y NECESARIA. Debemos denunciar con mayor fuerza el mal que se le está haciendo a nuestra niñez y juventud y con mucha más fuerza lograr la captura de quienes son proveedores de la droga y facilitan la compra de insumos que abastecen los laboratorios, si no hay una causa común alrededor de este delicado tema y no se aplican los castigos, los narcotraficantes, de ejemplares, seguirán desde la falsa tribuna disfrutando de sus riquezas mal habidas, dando ejemplo diario del disfrute tolerante de sus bienes y atentando contra la salud y la vida de quienes fueron sometidos a la cadena del vicio. Este es un tema prioritario al cual no le hemos prestado la debida atención y que afecta la salud, la ética y las buenas costumbres de nuestra sociedad.