Según Gerson Lugo, presidente de la Fundación Caguán Vive y quien acompaña a las víctimas, cuando llegaron a esa cabecera municipal hombres del Ejército Nacional y exigieron a las comunidades desocupar sus viviendas de manera inmediata para una operación militar enmarcada en el Plan Patriota, en abril de ese año.
Hoy, 13 años después ellos guardan en sus memorias esos momentos trágicos que dejaron huellas en sus vidas, que no podrán ser borrados y difícilmente superados.
A pesar del tiempo las víctimas de este desplazamiento expresarán la necesidad de no perder la memoria ante los hechos y exigir justicia, para que todos estos actos en la triste historia del conflicto social y armado que ha sufrido este país, sea insumo contundente para los aportes significativos para la obtención de la paz con justicia social y duradera y para que ningún pueblo de Colombia tenga que volver a vivir esta situación.
Edilma Sambrano, de la Fundación Tejiendo Sueños de Esperanza, aseguró que la comunidad de Peñas Coloradas está dispersa en varios departamentos del país e indicó que aunque fue difícil lo que tuvieron que vivir les ha servido para recobrar fuerzas y empezar de nuevo.
“Queremos que la guerrilla, ahora que es parte de esta paz que estamos promulgando, que hagan parte de la indemnización a la que tenemos derecho, ellos hacen parte de este conflicto por el cual salimos desplazados de Peñas Coloradas, queremos que nuestros hijos tengan ese derecho y que el gobierno cumpla con lo que ha promulgado durante estos años. Han sido 13 años de abandono, de olvido en el cual hemos padecido por ellos”.
EXIGIENDO DERECHOS
En el 2004 más de 750 familias salieron de este sector de Peñas Coloradas en el municipio de Cartagena del Chairá y hoy están pidiendo que se restablezcan sus derechos. “Estamos pidiendo vivienda digna, tierra para los campesinos, estudios sin talanquera para los hijos y una salud digna”, dijo una de las desplazadas.
Rodrigo Cándelo, representante de las víctimas de Peñas Coloradas, aseguró que su propósito es resarcir sus derechos y los cuales el Estado le ha negado. “Nosotros no perdemos la fe de que respeten los derechos. Esperamos que nos reparen, no hay reparación por parte del gobierno en Cartagena del Chairá, solo hay dos personas que les han dado la reparación”, dijo.
A su turno, Eduardo Pizarro Leongómez, hermano de Carlos Pizarro, comandante del M19, dijo que se debe garantizar en Colombia un posconflicto en paz sostenible, es decir, no repetir la experiencia desastrosa vivida en El Salvador y Guatemala donde se firmó la paz y el posconflicto “es un desastre”. “Hoy en día muere más gente durante la guerra civil; en Colombia hay que ganar la paz y ganar el posconflicto. La sociedad en el Caquetá debe tener una política y un plan que combine el sector público, el sector privado, la academia con el fin de facilitar la reintegración de los excombatientes de las Farc a la vida civil de forma exitosa y evitar que se reincorporen a la vida criminal y eso afecte la seguridad futura del departamento”, dijo.
La academia también ha inferido en este tema. El rector de la Universidad de la Amazonia, Gerardo Castrillón Artunduaga, explicó que el propósito de la academia es acompañar a las víctimas que solicitan al gobierno nacional la reubicación de sus familias en lugares dignos, debido a que en el Bajo Caguán, su sitio de origen, todo quedó en ruinas. “La universidad quiere vincularse con las víctimas del conflicto armado en Caquetá, generando una cultura y una pedagogía de paz tal y como lo contempla la política pública del alma mater, razón por la cual trabajará de la mano del Ministerio del Interior para la elaboración y ejecución de proyecto orientado a familias afectadas por la guerra que busca, fundamentalmente, generarles ingresos. La universidad brindará a la población objeto a través de sus docentes y estudiantes, capacitación y asesoría técnica”, indicó Castrillón Artunduaga.
El rector dijo que están comprometidos con el proceso desde la oficina de paz e indicó que por ello tienen la política pública de la construcción de esta paz estable y duradera que tanto se anhela en el departamento, que ha sido golpeado por el conflicto armado.
“La universidad desde todas las facultades, cada una de las áreas misionales, estamos vinculándonos, estamos asistiendo a las zonas veredales; fuimos a Agua Bonita, llegaremos a San Vicente con música, danza, cultura, teatro. Además, nos vincularemos con un proyecto del Ministerio del Interior para familias víctimas del conflicto armado, un proyecto que busca generar ingresos. Estaremos como universidad dando capacitación y asesoría técnica”, precisó.
Marcharon para conmemorar la fatídica cuando tuvieron que abandonar sus tierras.