La Nación
Después de cada noche viene un amanecer 1 29 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Después de cada noche viene un amanecer

Jorge Fernando Perdomo

 

Noches de insomnio a las que nos ha conducido esta situación. Tanto por el temor del contagio y la muerte, como por la incertidumbre del mañana.

Es en la noche, cuando “se percibe mejor el estruendo del corazón, el repiqueteo de la ansiedad, el murmullo del imposible” (Fabrizio Caramagna). Es la noche la que nos desvela por un mañana incierto.

¿Será que la pandemia del coronavirus dará paso a la pandemia del hambre y la desesperanza?

Y aunque nadie estaba preparado, hay situaciones estructurales en una sociedad profundamente desigual que nos lleva a avizorar con temor el futuro.

Recientemente, previo al foro mundial económico de Davos, la ONG francesa OXFAM, publicó su informe sobre las desigualdades en el mundo, señalando que la acumulación de riqueza presenta cifras escalofriantes, pues el 1% del planeta posee más del doble de la riqueza acumulada de los 6.900 millones de personas menos ricas, es decir del 92% de la población mundial.

En Colombia, la Organización para la Cooperación y el desarrollo Económico OCDE, a la cual ingresamos con mucha pompa recientemente, señaló que somos el país más desigual de América latina, y que en las actuales circunstancias para que un niño salga de la pobreza tendrá que esperar 330 años, equivalente a 11 generaciones.

En esta época de crisis, es cuando se pone de presente la  terrible desigualdad, con un crecimiento exponencial de la riqueza, generado por un sistema económico disfuncional, donde las exenciones tributarias para los grandes conglomerados,  genera una rentabilidad excesiva reduciendo “la participación de los más ricos, en el esfuerzo de solidaridad a través de los impuestos, debilitando la lucha contra la pobreza” (Oxfam).

En Colombia la reforma tributaria del año pasado, significó exenciones para los más ricos que costarán $4.9 Billones al recaudo, que según Fedesarrollo, representarían una pérdida del 0.5% del PIB.

En Neiva, con una tasa de desempleo del 15.2%, según el último reporte del DANE, y una informalidad representada en el subempleo y el rebusque, que supera cifras inimaginables, se convierte en el reto del mañana.

Los programas asistenciales de subsistencia que se están entregando en esta época, por falta de recursos oficiales, se irán disminuyendo afectando esas familias atrapadas en la pobreza, sin trabajo ni posibilidades de sobrevivir, donde se gesta una verdadera bomba social.

Hasta ahora la preocupación ha estado centrada en cómo evitar el contagio, pero ahora cuando la crisis económica afecta las empresas y el empleo, el debate debe dirigirse a contrarrestar las consecuencias económicas de la pandemia, que golpeara a todos, con énfasis a las familias más vulnerables.

 Que pasara mañana? Será capaz el Gobierno Nacional, de gravar la riqueza y el capital a niveles justos, de acabar con las exenciones que benefician los grandes conglomerados, de reformular la regla fiscal para endeudar la nación incrementando sin temor el déficit fiscal, para reactivar el gasto público.

Se necesitan medidas extremas o no habrá nuevo amanecer.