Fermín Beltrán Barragán
El Día Internacional de la Mujer, institucionalizado por las Naciones Unidas en 1975, debe comprenderse como un acto conmemorativo de la lucha histórica de la mujer por la reivindicación de sus derechos y no solo como una fiesta de felicitaciones y entrega de flores y de serenatas. Esto implica la reflexión sobre el origen de esta conmemoración y sobre nuestro compromiso con el crecimiento de una sociedad activa que reconoce la vida y los derechos de todos.
Es cierto, muchas veces no tenemos tiempo para analizar los acontecimientos, para hacer las preguntas fundamentales y contextualizar sus respuestas, nos limitamos a unos pocos caracteres, preferimos leer los incontables centelleos de los mensajes de las redes sociales y creemos que lo entendimos todo, cuando de verdad nos quedamos en la superficie de la realidad y en la acumulación de datos a veces sin sentido.
Entonces podemos decir que “celebramos” el Día de la Mujer o que me “celebraron el día de la mujer” sin entender la importancia de ese acontecimiento, además, porque se trata de una conmemoración, es de decir de la recordación solemne de hechos históricos y no de un simple festejo.
Esta falta de comprensión tiene que ver con el concepto de riqueza en el vocabulario del siglo XXI, si la seguimos entendiendo como el acto de poseer bienes materiales simplemente, no es relevante leer y documentarse e ir al fondo de las causas, pero si la entendemos como ese conjunto de conocimientos, saberes y capacidad creativa que se logra a través de la academia, la interpretación cultural, el diálogo, la autorreflexión y la comprensión de la historia, surge el concepto de la riqueza inmaterial, de individuos que iluminan y que aportan.
Y es en el plano de los ricos inmateriales en dónde podemos entender la historia de la mujer, anulada de muchos acontecimientos simplemente porque los historiadores relegaron su papel a lo “insignificante”, porque lo relevante era el poder y las cabezas cortadas en las batallas de todas las horas. Se pensó que la mujer solo podía desempeñar oficios domésticos y solo hasta el siglo XX se le permitió ingresar a la Universidad y participar en la elección de los gobernantes. Incluso la inmensa Madame Curie, fue sepultada en un panteón dedicado a los grandes hombres de Francia y eso que Europa es la gran conciencia de la civilización.
Para bien de la historia de hoy, son muchas las mujeres que construyen con su liderazgo la esperanza y la nueva realidad de la cultura humana, en la Covid 19 han estado en la primera línea de acción como las trabajadoras y cuidadoras de la salud universal, en el campo muchas de ellas lideran asociaciones y proyectos con una tenacidad que asombra, en el emprendimiento su sonrisa y su fuerza creadora siempre están presentes y muchos oficios que parecía no eran para ellas ahora son ocupados por sus destrezas y habilidades. De esta manera la historia se permea del sentido femenino que construye y edifica y hoy es un día para hacer memoria, reconocer los avances y reivindicar a la mujer en sus derechos y realizaciones, empezando por la supresión de todas las formas de violencia y un mayor acompañamiento a su valioso liderazgo.