La Nación
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Día de la niñez

Ayer se celebró en Colombia el ‘Día de la niñez y la recreación’. El Congreso de la República aprobó la ley 724 del 27 de diciembre de 2001. La norma dispuso que el último sábado del mes de abril se hiciera la celebración en referencia para procurar, entre otros fines, la sensibilización de la familia, la sociedad y el Estado en el propósito de procurar el desarrollo armónico e integral de la población infantil. Loable iniciativa, desde luego. Sin embargo, otra fuente del Estado, el Departamento Nacional de Estadísticas –DANE- ha revelado que entre los años 2015 y 2016 se redujo en un 14,7% la ocupación de la mano de obra de menores de edad, pasando de un millón dieciocho mil (1.018.000) a ochocientos sesenta y nueve mil (869.000) cifra que no le hace ningún bien a la sociedad. La misma entidad dio cuenta en su último informe de los porcentajes y razones por los que trabaja la niñez. El 38,1% aduce que debe participar en las actividades de la familia; el 36,5% porque quiere tener su propio dinero; el 10,6% porque el trabajo lo forma, lo hace honrado y lo aleja de los vicios y el 10,6% porque debe ayudar con los gastos de la casa y costearse su estudio. El estudio también revela que el 36,6% de esa comunidad labora en agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y caza; el 36,3% en el comercio, hoteles y restaurantes; el 11,8% en la industria manufacturera; el 6,7% en servicios comunales, sociales y personales y el 4,3% en transporte, almacenamiento y comunicaciones.

Cuánto se quisiera pensar y creer que las cifras hablaran mañana de una Colombia comprometida con la causa superior de ocupar a los niños en el estudio, la recreación, actividades lúdicas y creativas que muevan sus neuronas en la perspectiva de un quehacer venturoso que los lleve por el sendero de la educación y la capacitación para que tenga un papel que los haga prósperos y felices. Lamentablemente no se puede ser tan optimista. Estamos lejos de ver ese nuevo país. Falta mucho compromiso de la familia, de los padres y madres, de los docentes, de la sociedad en general y del Estado. No se pasa de los llamados ‘paños de agua tibia’. Aquí hay una empresa muy grande para sacar adelante a Colombia, a los chicos y a las chicas, todos.