La Nación
Dios está por encima de todo 1 25 abril, 2024
ACTUALIDAD

Dios está por encima de todo

 «El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí.» (Mateo 10,37-42)

 

Padre Elcías Trujillo Núñez

 

El amor al Señor tiene que ser el primero. Y para calificarnos nos hace el examen en tres exigencias: 1ª Exigencia: “El que encuentra su vida, la perderá: y el que pierda su vida por mí, la encontrará”. Jesús exige nuestra renuncia a la realización arbitraria de la vida; exige la lucha contra el egoísmo, exige entregar y arriesgar la vida para Él y su Reino. Experimentamos cada día que el egoísmo está muy dentro de nosotros mismos. Por eso, ninguno de nosotros, si quiere ser colaborador en el Reino de Jesús, puede desistir de esta lucha diaria. Sólo esta renuncia hace al hombre libre, abierto y generoso por el amor a Dios y por el amor a los demás. Toda nuestra vida tiene que ser un esfuerzo diario para descentrarnos de nosotros mismos por la construcción de un nuevo mundo, un mundo lleno de amor, de entrega, de magnanimidad. Cada uno por su camino y según los dones de la gracia está llamado a cumplir servicial y desinteresadamente sus tareas humanas, por amor a los suyos y a todos los hombres, y, en definitiva, solamente así vamos a encontrar la vida eterna.   

2ª Exigencia: “El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí”. La disposición para el sufrimiento, la pena y la cruz en el camino del seguimiento, es otra exigencia del Señor. No debemos buscar el sufrimiento, pero tenemos que aceptarlo si nos es impuesto. Tenemos que abrazar la cruz, por amor a Jesús y a la voluntad de Dios-Padre. Jesucristo mismo también se enfrentó con esta dolorosa realidad humana, que afecta a todos y desconcierta a muchos. Su vida es un continuo sacrificio, un diario camino de Cruz. Permanentemente se enfrentó con el sufrimiento, lo santificó, lo sublimó y nos dejó el mensaje consolador de que la cruz tiene un sentido altamente redentor. Tomemos, por eso, con fuerza y fidelidad nuestra cruz de cada día, el gran medio de redención y semejanza con Jesús y sigámosle.

 3ª Exigencia“El que ama a su padre y a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.” A primera vista parece ser una exigencia un poco complicada de entender. Porque Dios mismo nos puso en el corazón el amor natural a los padres, a los hijos. Y todos sabemos y experimentamos cuán decisivo es el ambiente de la familia natural en el éxito o fracaso de la vida humana. Una inmensa responsabilidad gravita sobre los padres, más si pensamos en su obligación de desarrollar la vida religiosa en sus hijos. Porque padre y madre, en primer lugar, son los responsables de que los suyos encuentren una relación profundamente personal con Dios, un amor sano hacia Dios y hacia los demás. Por eso, como en ningún otro campo de la vida humana, es necesario la conducción de Dios en la educación y formación de la juventud. Pero Jesús no se pronuncia contra este natural amor familiar. Pone en claro el criterio, cuando se trata de jerarquizar el amor y sus exigencias: Dios está por encima de todo. Las exigencias más nobles del amor humano pasan al segundo plano, cuando Cristo se hace presente con sus exigencias.

Nota: Le invitamos a seguir las celebraciones eucarísticas cada domingo, a través de Facebook live Citynet Timaná, por la emisora La Fiera FM radio y la Televisión local Ategaitana.