La Nación
Discursos de odio 1 28 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Discursos de odio

 

Maritza Rocío López Vargas

Existen personas cuyas palabras cargadas de expresiones discriminatorias, intolerantes y difamatorias contra la dignidad de otros, el nombre de  una institución o un grupo.  Amparados en la libertad de expresión buscan intimidar, oprimir o incitar a la violencia, olvidándose que en el marco de dicho derecho, no pueden atentar contra los valores humanos, el derecho a la igualdad, el honor, ni la convivencia social.

Los argumentos utilizados por estos individuos se basan en estereotipos y juicios a priori por una condición de salud física o mental, pertenencia a determinada clase social, nivel económico, género, color de piel, orientación sexual, identidad de género, etnia, lugar de origen o país.  Odiar  en ellos, se convierte en un estilo, en una práctica cotidiana, una forma de relacionarse, conseguir seguidores, tener aliados o desear equivocadamente, ser parte del legado histórico, social, cultural o religioso.

Los medios de comunicación y redes sociales no deben convertirse en el instrumento para descargar los odios acumulados y  situaciones no elaboradas de estas personas, las palabras cargadas de racismo, xenofobia o ignorancia pueden convertirse en detonantes de violencia, incitar al crimen, generar divisiones sociales, categorizar a las personas en bandas o grupos, convirtiéndolas en objeto de rechazo, burlas o agresiones.

Es preciso contrarrestar los discursos de odio y disminuir su propagación, cambiar la pedagogía de hablar en público, dejar atrás las diferencias ideológicas, económicas y sociales, adoptar valores humanos como la tolerancia, el respeto, la empatía, promover el dialogo, fortalecer políticas y programas que garanticen el derecho a la igualdad, la no discriminación y el derecho, a una vida libre de violencia.

Se debe proteger a los periodistas y activistas, que actúan contra la incitación a la violencia por parte de cualquier figura pública o funcionario de medios de comunicación, así mismo ejercer mayor control a la publicación, venta y distribución de imágenes, textos o fotografías que a especie de sátira o burla, se convierten en discriminatorios.

Ya suficiente violencia se ha vivido a lo largo de la historia de la humanidad, muchas son las víctimas de la indolencia, irracionalidad e ignorancia de algunos; los líderes y figuras públicas tienen el deber de evitar este tipo de mensajes, repudiar cualquier expresión que incite a la violencia u hostilidad hacia cualquier persona, grupo o población.

La palabra, el verbo, debe ser utilizado para promover la cohesión social, incentivar la armonía y validar el respeto de los derechos universales que sientan las bases para garantizar la justicia, la libertad y la paz, en lugar de convertirse en una herramienta de abusos o violencia contra cualquier ser humano.