Germán Palomo García
Siempre he manifestado mi desacuerdo con el falso dilema entre economía y salud pues nunca ha existido a pesar de que este se empezó a plantear cuando los gobiernos del mundo acogieron el confinamiento social para enfrentar la pandemia del coronavirus impactando la actividad económica a un alto costo en términos de empleo e ingresos laborales pero también de ingresos y egresos fiscales incluidos los subsidios y beneficios extraordinarios como la devolución del IVA, los auxilios a las nóminas y otros no menos importantes como las prórrogas de las obligaciones tributarias que debilitan enormemente la capacidad de los gobiernos para atender la misma pandemia en términos de salud pública, los planes de desarrollo y su propio funcionamiento. Pareciera que los colombianos (al igual que brasileros y muchos norteamericanos) estuvieran “luchando” porque efectivamente se confirme que el dilema es cierto pues han relegado la importancia de la salud por la reactivación de la economía desconociendo totalmente los llamados “protocolos de bioseguridad” y provocando grandes actos de indisciplina social. Lo presenciado el viernes pasado en el primer día sin IVA en las principales ciudades colombianas fue de una irresponsabilidad increíble. Verdaderos tumultos de gente persiguiendo los productos exentos del IVA se olvidaron del distanciamiento social, los tapabocas y aprovecharon la incompetencia (¿o el desinterés?) de los almacenes de grandes superficies y centros comerciales por ordenar el proceso de venta cuando los principales beneficiarios eran los comerciantes que han padecido el confinamiento social de manera importante y que el gobierno, como apoyo, programó tres días sin adicionar el Impuesto Al Valor Agregado para reactivar el sector liquidando además inventarios que en conjunto generaban un atractivo precio. Vale anotar que el billón de pesos que deja de recaudar el gobierno va a la contabilidad de los costos del gobierno por atender la pandemia que seguramente contará para cuantificar los recursos que requiere recuperar vía reforma tributaria. ¿Por qué no se promovieron las ventas en línea como recurso exclusivo para adquirir los productos exentos? Aunque el ministro mencionó que las ventas por Internet se multiplicaron por ocho, las físicas debieron superarlas ampliamente a juzgar por las montoneras o no se contaba con el respaldo tecnológico. Esto tiene que cambiar si queremos restablecer el equilibrio entre economía y salud.
Para completar, en Neiva se adelanta el reinado popular del San Pedro de forma virtual a pesar del rechazo total de la ciudadanía que coincide en la inconveniencia de llevarlo a cabo. Ya una candidata fue confirmada positiva para Covid-19 y se mencionan otros casos por cuenta del reinado que promueve la Alcaldía de Neiva. Todo por el argumento de la reactivación “a raja tabla”. Así, ¡no nos quejemos!